Esta vez por cuenta y orden del diario La Nación y su nueva “súper Star” a la yunta de titulares Grondona, Morales Solá nadie les cree, no van más.
El gobierno trata de seducir al campo con medidas de apoyo, preocupado por la repercusión electoral de otro conflicto agropecuario (C. Pagni). Uno de los más groseros análisis publicados.
Solo a una debutante pueden seducir “los anuncios para el campo” Los tiranos no seducen, imponen y los Kirchner más que ninguno, jamás fue su estilo, se ciscan en los problemas, crean otro y le pasan por encima, lo sabemos todos que solo manejamos la información publicada, pero parece ignorarlo el analista político de La Nación.
Las elecciones nunca están en la agenda de problemas a resolver, su única preocupación podrá ser elegir en el extenso catálogo de “alternativas en oferta” al mejor idiota útil como referente opositor, para inflarlo con agresiones y asegurarle buena cobertura de prensa o seleccionar el más sucio de los propios candidatos, para manejarlo a su antojo.
El fraude en el país es legal, se hace antes por mecanismo muy bien aceitados y probados.
Como todo usurero prestamista nunca arriesga su capital en el juego de la política, siempre hay un plan B. Gana todo o gana un poco. Perder esta fuera de todo cálculo, antes de eso le prende fuego al casino.
Pareciera para no ser tan mal pensado, que el volumen de información que ciertos periodistas manejan les esta resultando inversamente proporcional a la claridad del juicio.
Si es un empacho, le puedo tomar la medida o tirarle el cuerito.
¿Se necesitan pruebas?
Macri fue instalado como el candidato temible para el gobierno y le pusieron enfrente un Filmus impresentable para el electorado porteño. No cuajaba con los peronistas, con la izquierda intelectualoide, ni con la tilinguería porteña. El resultado no fue un cachetazo de la oposición, estaba dentro de lo posible o incluso de lo querido. La ciudad autónoma es ingobernable sin la bendición nacional, todos lo sabían, unos lo ignoraron especulando con ascender a referentes opositores nacionales, delirando encandilados con un triunfo en las presidenciales de octubre y otros entraron como manada irracional en la trampa.
Ganó Kirchner y lo cocinó al payaso salta baches en su propia salsa.
Sorpresivamente después de semejante derrota y con elecciones nacionales a noventa días, no perdieron el apetito ni entraron en pánico. ¿Le vendieron la carne podrida Pagni o la sacó de su galera?
En la Nacional el “temor oficial” era Carrió, que consintió y legalizó el escandaloso fraude que la dejó afuera. El plan B era Lavagna-Morales ¿Otra vez el mismo cuento del tío?
¿Hay uno muy perverso o muchos muy idiotas? No parece una opción, ambas cosas son ciertas.
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