enero 08, 2009

DESFACIENDO ENTUERTOS



Un desayuno ético
@Leopoldo Abadía - 20/05/2008 –

Publicado en Grupo Sonnenfeld
Desayuno con el vecino de San Quirico. Sigue preocupado con el intento de la Caja de Ahorros
de utilizar el Fondo de Reserva de las pensiones. Él tiene 62 años y ve cercana la jubilación.
Esa es mi ventaja: que yo no la veo cercana, estoy en ella. Y me dice: “¿Tú crees que esta
gente se gastará nuestros ahorros?”
Y, como es muy buena persona, añade: “Ya sé que no soy quién para juzgar a los demás, ya
sé que no es correcto lo del 'piensa mal y acertarás´, pero es que, a veces, te ponen las cosas
difíciles. Cada día me cuesta más pensar bien”.

Y viene la pregunta, lo que me temía: “Leopoldo, tú que sabes tanto (¡y dale!). He leído que un
señor dice que no debe pronunciarse sobre la ética de otro señor. ¿Qué te parece?”.
Ya se ve que estos desayunos antes eran más cómodos. Hablábamos del tiempo, de la familia,
chafardeábamos un poco (en San Quirico, “cotillear” se dice así), no hacíamos daño a nadie,
nos bebíamos casi una botella de vino y nos íbamos felices. Ahora, es lo mismo, pero en
profundo, lo cual es más cansado.

Para poder ayudar a mi amigo en sus dudas, y para aclararme yo, he visto la definición de
Ética que da el Diccionario de la Real Academia Española. Tengo la penúltima edición, y allí
dice que Ética es “la parte de la filosofía que trata de la Moral y de las obligaciones del
hombre”. Paso a ver qué es la Moral. Y encuentro que Moral es “lo perteneciente a las
acciones de las personas, desde el punto de vista de la bondad o de la malicia”.

O sea, que, según la Real Academia, hay cosas que están bien y cosas que están mal. Tengo
un amigo, que no es de San Quirico, que me dice que eso es fruto de acuerdos que hemos
establecido los hombres, que son puras convenciones sociales. Pero no me convence.

Y me voy al pueblo de al lado, y compro, de una tacada, La Vanguardia, El Periódico, La
Razón, Público, El País y ABC. La señora que me atiende se queda sorprendida y me dice:
“Qué, ¿a hacer cultura?”

No, hoy no vengo a hacer cultura. Vengo a ver de qué hablan los periódicos. Y veo que hay
algunas cosas -bastantes- en las que todos están de acuerdo. Y de ahí saco conclusiones:
1. Es malo que un señor mantenga secuestrada a su hija durante 24 años y tenga 7 hijos con
ella.
2. Es malo que un vecino de un pueblo degüelle a su mujer.
3. Es malo que un señor conduzca a toda velocidad sin carnet, mate a una persona, pague a
un taller para esconder pruebas e intente cargar la culpa a su hermano.
4. Es malo -por lo menos, es extraño- que un señor cobre mucho dinero cuando le echan de su
empresa y que la empresa, por cierto, esté perdiendo mucho dinero ese mismo año, con lo que
no se puede dar dividendo al accionista que puso allí unos euros ni al subir los salarios a los
empleados que han puesto allí su vida.
5. Es malo que haya una señora, sola y enferma, que aparezca muerta en su casa y que digan
que se murió hace dos meses.
6. Es bueno que los padres quieran a los hijos y los hijos, a los padres.
7. Es bueno enviar alimentos a zonas en las que la gente pasa hambre.
8. Es malo que haya gente que se quede con esos alimentos y los utilice para ganar dinero o
para ganar la guerra.
9. Es bueno atender a los enfermos.
10. Es mala la pederastia y la explotación sexual de las mujeres.
11. Es malo el mobbing en la empresa, cuando unos y otros se dedican a hacerse mutuamente
la vida imposible.
No me puedo creer que todo esto sean convenciones sociales. No creo que los directores de
los periódicos se reúnan todos los días para decidir qué es bueno y qué es malo.
Todas estas elucubraciones me sirven para ir preparando el próximo desayuno. Y, hasta ahora,
mi conclusión -ya veis que obtenida de un modo poco científico- es que hay una serie de cosas
que todos consideramos buenas y otra serie de cosas que todos consideramos malas.
Seguramente, unas y otras, porque lo son.

Lo que pasa es que, por la razón que sea, a veces no distinguimos lo bueno de lo malo o,
distinguiéndolo, hacemos lo malo, porque en ese momento, nos apetece o nos conviene. (Lo
que decía otro amigo mío: “No sé qué me pasa, que todo lo que me gusta o es pecado o
engorda”).

Es decir, creo que hay que separar la Ética del comportamiento ético. Yo no soy quién para
pronunciarme sobre la Ética, porque lo que está bien, está bien y lo que está mal, está mal.
Pero sí soy capaz de pronunciarme sobre el comportamiento ético de una persona. Ahí sí
puedo intervenir (y muchas veces, debo.) Lo cual no quiere decir que juzgue a esa persona.
Si me la encuentro por la calle, le diré: “Mira, tú eres muy buena persona, yo te quiero mucho,
te respeto mucho. Pero, majo, lo que has hecho, tu comportamiento ético, seguro que es
comportamiento, pero seguro que no es ético. Y no es ético, porque no casa con lo que nos
dice la Ética, que es eso que los hombres llevamos dentro y nos hace distinguir lo bueno de lo
malo”. (Esta última definición de Ética es mía, no de la Real Academia.)

Como mi amigo de San Quirico es un hombre inteligente, igual me dice: “Sí, pero hay muchas
cosas que no están tan claras como eso que has leído en los periódicos. Hay cosas blancas,
negras, y grises”.

Sí, eso es verdad. Pero no es verdad que todo es gris. No es verdad que todo vale. Porque hay
algunas cosas que nunca valen y otras que siempre valen. Hay mucha gente que hace (que
hacemos) algunas (o muchas) cosas mal. Se dice que eso es “lo normal”. Pero no podemos
confundir lo normal con lo frecuente. A lo sumo, será “anormal frecuente”.

Ya os contaré cómo va mi próximo desayuno.

P.S. Fátima Martín, que es una buena persona, dijo el otro día en El Confidencial que yo hablaba un inglés perfecto.
Todos los que me conocen saben que tengo un nivel bastante alto de Globish, cuya definición copio aquí, para que no
tengáis que perder el tiempo, buscando la palabra en mi Diccionario: GLOBISH. Chapurreo de inglés (Globalization +
English) con el que se entienden los que no son ingleses.
www.leopoldoabadia.blogspot.com
Como se ve en castellano todo es más fácil hasta la filosofía queda al alcance de un niño.



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