enero 23, 2009

¿ALGUNA VEZ COMIENZA EL AÑO?


En este curioso país que hemos construido el año real comienza a empezar en febrero, por varias razones: las vacaciones de verano no son para pensar ni hacerse problemas, todo gira en torno lo legal y los abogados recién se enchufan a partir de febrero, es un mes corto, no es cuestión de cansarse de entrada con un mes de 31 días.

En realidad es un preparatorio, un calentamiento de motores, en el que hay que asimilar con calma los tradicionales desquicios que se hicieron aprovechando que todos estaban con la cabeza en otra cosa. Retomar todo lo que se paralizó a mediados de diciembre. ¿A quien se le puede ocurrir querer resolver justo para las fiestas lo que no hizo durante todo el año?

La verdadera acción comienza en marzo, en cualquier suboficina de la administración volvió, pero esta muy ocupado en una reunión, el que firma y decide; en las casas comienzan las restricciones para suprimir el rojo del presupuesto, los chicos al colegio que no es vuelta al orden y la disciplina, llevará varios meses dar un poco de marcha atrás con el relajo y las concesiones que se hicieron para que no rompan (la paciencia) Reuniones sociales, políticas y de negocios, declaraciones, amistades y flirteos son cosa del verano divertido, nada es en serio.

Hemos organizado un calendario a medida, por delante Carnaval, Semana Santa, transformada en semana del miniturismo, las fiestas patrias de mayo, lo justo para recomenzar otra vez de a poco hasta las vacaciones de invierno en julio.

Es la época en que una vez terminadas se escucha decir:

-¡Ya estamos en agosto! El año esta perdido.

¿Para que planificar y hacer si se puede durar e improvisar un techo cuando truene?
Cada dos años tenemos jubileo porque es año electoral. Lo que no estaba bien, en este es bueno y normal, pero solo por un rato. Todo el país entra en vida vegetativa hasta que se resuelva quien gana o quien pierde que no cambiara nada.
Los dirigentes piensan en las elecciones de octubre, no como un objetivo, sino como un trampolín al 2011, sin angustiarse mucho ¡Vaya usted a saber si llegamos, falta mucho!

Sinceramente creo que antes de pensar en cambiar al director que tiene la batuta hay que pensar en terminar la joda y esto se hace de abajo hacia arriba. Lo que no se haga por libre decisión de todas maneras se hará por la fuerza, guste o no guste.

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