La Segunda vuelta resultó innecesaria ya que cada uno se quedó con lo que tenía. Fue casi matemático; el ganador de la primera con lo suyo, el segundo sumó al tercero y parece que todos contentos.
Fue una opción de hierro, entre un malo conocido y un sospechoso por conocer, más un vecindario dedicado a embarrar la cancha.
Me siento tentado a pensar que no ganó nadie perdieron todos los de adentro y los de afuera.
Se dirá que un 55% es una mayoría, y es cierto cuando es propia. Si es prestada no sirve para alardear ni para empezar.
Falta la tercera vuelta, la verdadera, la que se juega en los hechos, donde no valen palabras ni acusaciones baratas.
Fue una opción de hierro, entre un malo conocido y un sospechoso por conocer, más un vecindario dedicado a embarrar la cancha.
Me siento tentado a pensar que no ganó nadie perdieron todos los de adentro y los de afuera.
Se dirá que un 55% es una mayoría, y es cierto cuando es propia. Si es prestada no sirve para alardear ni para empezar.
Falta la tercera vuelta, la verdadera, la que se juega en los hechos, donde no valen palabras ni acusaciones baratas.
Está demasiado caliente el resultado para digerirlo, máxime cuando afecta al Perú y toda América dónde va golpear duro. De hecho fue un baldazo de agua fría a tanto loquito suelto y a los que juegan con el miedo. Gracias Perú.
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