A nadie medianamente pensante se le escapa que hay dos bombas activadas: la económica y la política.
Atento a nuestra tradicional indolencia, la económica no derriba gobiernos, condiciona medidas políticas que los empuja a suicidarse, el Proceso Militar, Alfonsin, y Menem son tres recientes ejemplos; estamos viviendo el cuarto, solo estalla por si misma si algún tsunami externo la desequilibra. Recuérdese que entre otros pasaron el “rodrigazo” la hiper del padre de la democracia, una moneda distinta en cada provincia, el corralito, la pasificación asimétrica, confiscaciones al campo y a los jubilados y salvo jarabe de pico todos se lo comieron.
La bomba política es impredecible como la nitroglicerina, basta un estornudo o un tropezón para que vuele todo en pedazos.
La economía se dibuja y se pinta para que parezca que estamos bien al no cumplirse ningún pronóstico agorero.
La política que son las necesidades y problemas de la población no pueden dibujarse, están, se ven y padecen cada día.
No es el pan que falta; es el bien común, la justicia, la seguridad, el orden social, los valores éticos y morales pervertidos.
No solo de pan vive el hombre, por eso es que parecen todos muertos o profundamente anestesiados sin capacidad de reacción.
Respiro, tengo un 0 Km. me voy de vacaciones en verano, invierno y los fines de semana largos, no hay pasajes, ni hoteles: estamos vivos ¿que más queremos?
Son la frontera entre el bien y el mal, entre lo que se puede y lo que no se debe hacer lo que ha desaparecido y esto no se mide en índices de crecimiento, PBI, cotización de la moneda, déficit o superávit; esto es demolición cultural, social y humana, no se arregla con buenas cosechas ni con la buena o mala voluntad de mercaderes orientales o europeos, devaluando o emitiendo deuda, “soberana” por supuesto.
De un crack económico con trabajo, esfuerzo y teniendo los recursos naturales se sale, del retorno a las cavernas y la ley de la selva solo se vuelve después de muchos milenios y haber dejado en jirones todo lo conseguido desde el principio del tiempo.
Olvídese de la republica y la democracia, dos construcciones teóricas que ya no existen y resulta idiota creer que a fuerza de invocarlas pueden volver a la vida, justamente para resolver lo que no pudieron evitar.
Sea lo que sea que venga prescindirá de ellas, tuvieron su tiempo y lugar, las construcciones humanas no pueden ser eternas. Lo que no se adapta se extingue, sean teorías o animales
Hemos conocido precios fijos, libres, especulaciones y mercado negro, dólares para todos y prohibición de comprarlos, hemos importado manteca de holanda porque era más barata y mejor que la propia. Hubo pan y azúcar negros y blancos.
¿A que gansada se refieren los gobernantes y opositores cuando hacen pronósticos, recitan números o reconocen que no ha sido todo malo?
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