Como corresponde fue un negro martes 13, que comenzó con un grave accidente que pudo ser una carnicería, siguió buscando culpables, que si la barrera, el banderillero o el chofer, ocultando prolijamente a los únicos y verdaderos responsables que sigan existiendo pasos a nivel que parten en dos a la ciudad y dónde coinciden ferrocarriles anárquicos que nadie controla; los transportes urbano, también subsidiados y anárquicos, ambos en beneficio exclusivo de los serviles mercenarios del poder bajo el control del mismo funcionario nacional, sucesor del delincuente Jaime con un proceso “en suspenso” En síntesis nadie fue.
Faltaba plata para financiar las obras pero sobraba para financiar madres ladronas
Gobernar señores (algún nombre hay que ponerles) no es gestionar, anunciar ni administrar; es fijar prioridades entre los recursos y las obras o medidas posibles en orden al bien común de todos y hacerlas realidad.
La abismal diferencia entre un político que trabaja para la próxima elección, un gerente exitoso que lo hace para sus intereses personales y un estadista que lo hace para generaciones por venir que posiblemente no llegue a conocer.
Terminó el siniestro día liberando de culpa y cargo a una banda de asesinos traficantes de armas que para ocultar el delito, años después volaron la fabrica militar de Río Tercero.
Seguimos sumando muertos, unos directos y otros para sellarles la boca
Con un expresidente, actual y futuro senador nacional de la mano de la actual presidente; jefe de la criminal asociación ilícita sonriéndole a las cámaras con la soberbia de su impunidad.
¿Alguien sigue creyendo en opositores? Sólo le pido al que lo crea, que se de cuenta que esto no se sostiene ni por milagro, vivimos en un mar de sangre inocente clamando justicia al cielo.
Solo piense que por cada uno de esos 11 muertos que en verdad deben multiplicarse al menos por 3 y cada uno de esos heridos graves hay una familia cuyo mundo se dio vuelta y nada volverá a ser lo que mal o bien era.
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