Con la papeleta no se van, revoluciones militares no son posibles y en el mejor de los casos es tirar la pelota a las tribunas para ganar tiempo y comenzar de nuevo con menos margen. ¿Qué queda?
Depende de dónde este parado y en que crea
Desde siempre hay una última trinchera: Resistencia, que es la primera de la Reconquista.
Soy conciente que rozo la utopía si es necesario decirlo en vez de hacerlo.
Yo se que desapareció la prepotencia y soberbia de Persas, Romanos y Cartagineses. Que hubo un Lepanto, una reconquista de España y una civilización de América. A todas ellas no les hubiesen dado un punto los analistas y los que trazan caminos en función de estadísticas, eran todas imposibles impensables en manos de un puñado de hombres sin proporción ni preparación para tales empresas; poco importa que al frente estuviese un Alejandro, un Anibal, una “unión transitoria de primitivos señores de Castilla, Asturias, vascongados o un Hernán Cortés.
Pues bien ¿por qué no? solo requiere deponer soluciones personales, mirar el Cielo y seguir el consejo de Ortega y Gasset: ¡Argentinos a las cosas!
Es una opinión tan valiosa como cualquier otra, Usted decide y se hace cargo de las consecuencias porque el día que se nos caiga el cielo en la cabeza va a ser insoportable tener hasta la conciencia en contra.
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