Soy médico y la costumbre no me permite desprenderme de ciertos hábitos mentales de razonar, que siempre me han dado buenos resultados.
¿El diagnóstico es correcto? Es la primer duda que se me plantea, no por petulancia académica, sino porque de no serlo el tratamiento será equivocado.
El antiguo aforismo médico "primum non tangere" primero no dañar, es casi mi dogma en la práctica
Cuántas veces he visto a distinguidos colegas enfrascarse en discusiones bizantinas sobre el sexo de los ángeles acerca de si el nombre de la enfermedad o el síndrome eran este o el otro, solo para ridiculizar a otro colega delante del profesor o jefe del servicio sin importar un ápice el futuro del enfermo.
Pues bien, no se despertó la justicia ni un rayo de responsabilidad institucional atraviesa la administración y la política. Comenzó la diarrea y esta despierta a cualquiera.
La Nomenclatura argentina está compuesta en exclusiva por cadetes, chóferes, ordenanzas, malandras de barrio, mucamas de afuera, putas de feria y madamas retiradas. Sin intención discriminatoria debe aceptarse que el nivel intelectual está en la base, gente incapaz de prender juntas tres lamparitas. Los hemos visto haciendo declaraciones para explicar e interpretar el desmadre.
¡¡¡OJO!!! No es un buen signo porque el enfermo despertó y ha mejorado su conciencia, hay que parar la diarrea o el enfermo se nos va por el recto.
Para no mezclar conceptos dejo para otro día a los pajarracos que nos van arruinar este regalo del cielo, ellos no leen ni se enteran vuelan más alto de lo que pueden.
El miedo sube
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