Oteando no es presunción ni rebuscamiento, soy directo sin dobleces ni costuras.
Simplemente, con todos mis “horrores” me complace desde este lugarcito, mantener vivo el idioma que tantos quieren matar.
Hasta donde ya sabía procede del vasco; según la RAE que sabe mucho más, pero debe atenerse a pruebas escritas y documentales, es de origen incierto; zanjada la cuestión todos contentos. Es vasco, pero sin pruebas documentales, es decir el origen resulta incierto.
Dejemos de divagar y vayamos a los bifes.
Subí al otero (monte aislado que domina un llano) para desde allí escrutar (otear) el horizonte y me lleve un chasco, no se lo veía. Las nubes por arriba y la bruma por debajo confundían el limite entre el cielo y la tierra, ¡Bah! visto desde acá, entre el cielo y el infierno, la vista solo alcanzaba hasta el hito del jueves cual Finisterre, más allá posiblemente los abismos, demonios y monstruos marinos.
El jueves a más tardar la clase política argentina se habrá jugado su existencia y todos nosotros nos acercamos al cielo o caemos en el abismo. Hoy el límite es invisible.
Como viene la mano debe presumirse que la dictadura cantará ¡Bingo! El senado sancionará el adelanto de elecciones y los diputados se esconderán otra vez para no tratar el conflicto provocado con el campo. Los gobernadores agacharán la cabeza y confirmarán que aceptan “coparticipar” en el saqueo; en verdad, como nadie va a recibir un peso más, se hacen cómplices y solidarios con las consecuencias del conflicto porque sino no van a lamer ni las migajas que les tiran al piso.
¡¡¡R.I.P. Binner!!! By By Carrió sin Santa Fe y Capital se te desinfló el globo.
Sea una cosa o la otra después vendrá la furia, que ya se insinúa (incendio de campos, amenazas personales, confiscación de grano) Furia si ganan y furia si pierden. En un caso para rematar al caído y en el otro para incendiar el país que se les plantó harto que les mientan, los tomen por idiotas, los maten y torturen SUS delincuentes después de haberlos robado y vejado, con la bendición de la desfachatada de la Corte, la Argibay Molina.
Días pasados (*) encomendaba pedir al cielo que si hace treinta, hiciera treinta uno y con la criminal dictadura se llevara toda la hojarasca política que les abona la tierra para que crezcan. ¿Nos habrán escuchado?
Dicho así parece terrible, no lo es tanto; nos exime de tener que hacer algo o dejar de hacerlo y por consiguiente de llevarnos un inservible trofeo o equivocarnos.
Que esto se desmorona se sabía y que las caídas duelen también. Muchos que no quieren ver, prolongaron la agonía por estupidez o para salvar su quintita. El paso del tiempo nunca cura, siempre agrava y termina matando.
Bajo del otero y vuelvo al llano por las dudas, las primeras cabezas en rodar, serán las que están más arriba.
(*) Hay que apurar el trámite
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