¡Atención! significa que se dejan de lado los procedimientos habituales y se implementan medidas de emergencia que pueden descolocar y sorprender a más de uno.
El irresuelto conflicto con los productores no puede seguir empantanado. Hay otras yugulares en carpeta para sangrar y la demora puede arruinar todos los negocios.
No estaban previstas dilaciones, el procedimiento tradicional es un zarpazo y al buche. Si se demora el trámite, aparecen los carroñeros que olfatean al herido a la distancia y se amontonan esperando turno; se pierde la privacidad y discreción tan necesaria en los negocios.
La radiodifusión, los bancos, las exportaciones no se pueden tener en lista de espera, habiendo tanta gente principal interesada y un mundo tan inestable. De la noche a la mañana lo que pintaba como un fantástico negocio pasa a ser un fiasco.
Los interesados vienen de otras tierras, dónde cada uno tiene sus propios problemas. Puesto a buscar una imagen pareciera una partida de ajedrez que se juega en varios tableros sin ser una partida simultánea sino un solo juego.
Pasa el tiempo, se pierden confianza y respeto, hasta los mercenarios se oxidan si falta buena grasa, los mecanismos de siempre bien aceitados comienzan a chirriar y se traban.
En el momento que aparezca el pánico porque no pueden terminar de cerrar nada, dan el paso en falso y al carajo. Se veía venir y va a llegar, lamentablemente nos queda el problema más grande sin resolver: el día después. El único que dependía exclusivamente de nosotros.
Si estamos en las manos de Dios, pidámosle que si hace treinta, haga treinta y uno y se lleve también toda la hojarasca política inservible. Aceptemos humildemente que nos supera el desafío, temo que el diablo nos tiente y usemos hojas y ramas secas para encender una pira que queme todo.
Cuando caigan máscaras y disfraces aparecerá desnuda la cruda realidad; la furia será incontrolable, directamente proporcional a la tolerancia y mansedumbre que hubo hasta ahora.
Esta vez los perjudicados, torturados y violados son los 37 millones de argentinos. Sume todos los desmadres que hubo del 50 a la fecha y tendrá un pálido reflejo de lo que puede venir. Si piensa que muchos los votaron y no será tan grave, más le vale recordar que esos serán los más feroces, nada peor que un converso queriendo demostrar que es cristiano viejo y más papista que el Papa.
Un relojito suizo no hubiese encadenado con tanta precisión los segundos, minutos, horas y días a los hechos que se suceden.
Campo, inflación, desabastecimiento, recesión, crisis externa, candidaturas, elecciones, la caja en rojo, la servidumbre asustada, los sindicatos y el zurdaje alzados temiendo perder todo, se amontonan en la largada, queriendo llegar primero llevarse la última migaja y subirse al primer avión que salga.
Los tiempos solo los maneja el Señor de la historia, hasta el financista quedó con las manos atadas.
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