ANTES DE MÍ NO FUE COSA CREADA
SINO LO ETERNO Y DURO ETERNAMENTE.
DEJAD, LOS QUE AQUÍ ENTRÁIS, TODA ESPERANZA
¿Realmente queremos cambiar para no entrar en el infierno del Dante?
Hace meses que la cuestión me esta picando el cerebro. La trampa, la impunidad, la improvisación y la figuración están al alcance de la mano de todos, si uno quiere la fácil y exitosa están servidas en bandeja, sin condena social o penal, sea analfabeto o ilustrado, rata de alcantarilla o gran señor.
Teniendo a su alcance todos los medios para serlo ¿Son más los exitistas que venden el alma al diablo o el hombre medio normal? No incluyo en la opción a los virtuosos porque no soy un puritano idiota.
A mi entender la respuesta es dura pero de lógica elemental. Una batalla perdida antes de comenzar.
Súmele que ni los antecedentes cuentan. Se puede pensar, hacer y decir cualquier cosa y mañana todo lo contrario; con darse aires de intelectual y proclamarse pragmático, limpia la conciencia.
Mientras en este contexto cultural los números manden a los hombres; vagos, incapaces e irresponsables siempre serán más.
La democracia tal como se la presenta es solo el duplicado de la llave de la puerta de casa para entregarle al delincuente que roba y mata.
Para que la conclusión no sea de un derrotismo aplastante, habrá que admitir que solo puede cambiar las cosas un cimbronazo como no hemos conocido ni soñamos, que nos reacomode las neuronas y las ideas.
Una opción que antiguamente ilustraban con el dicho que “el ahorcado se ríe en casa del degollado”.
¿Alguien puede razonablemente creer que adelantando y ganando las elecciones terminó el problema? Que la inocencia le valga. Recién comienza. Las posibilidades de nuestro futuro inmediato dejan el infierno del Dante a la altura de una novelita rosa.
El problema hoy es de caja y perdida de poder; mañana será el mismo más recuperar el gasto y reconstruir el poder perdido. Si ganan préndale una fogata a cada santo, si pierden siga adorando a San Cobo a Santa Carrió y toda la cohorte de muñequitos de torta que los analfabetos endiosaron, para que agarren la papa caliente sin quemarse, respetando las leyes, la constitución y la república.
Ayer, mientras en todas las plazas del país se manifestaban los argentinos por sus muertos reclamando un mínimo de seguridad, la delirante anunciaba su nuevo proyecto de radiodifusión y el congreso servilmente le daba media sanción al adelanto de elecciones.
Hoy, sin lugar a dudas ignorarán la crisis terminal de la producción agropecuaria y siguiendo su hábito volverán a escupir en la cara de todos, la mesa de enlace aceptará la invitación para una nueva reunión, en la que se discutirá como promover la exportación de nabos y perejiles. Nada sorprende era lo previsible. La sorpresa será que ha fuerza de ignorar y voltear enemigos les quedará uno solo, tras el que se encolumne el país entero; paradójico resultado del “divide y reinaras” No comprenden los textos, el consejo era "divide" no "destruye", no se puede reinar sobre la nada. Su torpeza no tiene límites.
Más que una opinión es compartir una cuestión que me pone de punta los pelos de la nuca.
Se habrá entendido que cuando se terminan los diálogos, debates y consensos es porque llegó la hora de la intransigencia, le duela a quien le duela.
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