marzo 22, 2009

EUFEMISMOS Y MEDIAS PALABRAS


Cuando se recalienta un conflicto quienes realmente quieren resolverlo deben hablar a “calzón quitado” si, si y no no.

Otra forma de expresión es el recurso de las quintas columnas y los que llevan agua para su molino o de los pescadores de aguas revueltas.

El mismo día que por orden del ejecutivo el bloque oficialista negó el quórum para tratar el proyecto de “segmentar” las retenciones, porque no se puede “desfinanciar” al estado; la presidente “anuncia” que graciosamente renuncia al 30% de esos recursos, sin los cuales dice que no puede gobernar, para darlos a las provincias, en rigor solo un cambio de nombre de partidas, nadie da nada y nadie va recibir lo que no recibía.

Quedó en pié el concepto perverso que comparten demagógicamente gobierno y oposición: los impuestos extraordinarios son un recurso legítimo para atender los gastos normales del estado. Por eso todos los impuestos extraordinarios por única vez, son para siempre.

Una cosa es que en la emergencia se privilegie a los más débiles sobre los derechos de todos,”las mujeres y los niños primero” y otra es mezclar una política para ordenar la producción y el comercio con la justicia y equidad distributiva de la riqueza en la sociedad. Una puede resolverse solo con sentido común, la otra lleva milenios sin poder encontrarle la vuelta habiéndolo probado todo.

Segmentar, alícuotas, desfinanciar, crisis externa, son solo algunos de los eufemismos y medias palabras de moda.

Las Provincias deben financiarse con los impuestos vigentes que genera la actividad de sus productores y comerciantes sin necesidad del ir y venir de fondos, que mantiene el corrupto e improductivo aparato de burócratas y las manos peludas que en el camino rapiñan lo que pueden o transforman un derecho en un favor que exige otro a cambio. Si hay provincia fabricadas por encargo que son inviables, existe el recurso de la desgravación impositiva de la promoción industrial, que solo sirvió para llenar los bolsillos de algunos gobernadores (Rodríguez Saa) y sus vivillos amigos.

Los pobres trabajan y mejoran su situación con la actividad que generan los que tienen mucho y por ello pueden pagarla. No con dádivas que a más de pobres dependientes los reduce a esclavos y clientes.

Eso si, al que gana mucho y no genera riqueza en el país, invirtiendo o consumiendo un garrotazo por la cabeza. El dinero es solo una convención para facilitar el intercambio, su razón de ser es circular; los antiguos decían que por eso la moneda se hizo redonda y no cuadrada, rodar es su objeto.

Si hablamos claro y somos lo que somos es posible entenderse; si disfrazamos las palabras y queremos parecer políticamente correctos el diálogo y la política son imposibles, quiérase o no continuará por otros medios: la guerra (von Clausewitz) Cada uno es libre de elegir, a no llorar después.

¿Por qué todos participan de esta aberración? Sencillo, el gobierno porque no sabe ni le interesa gobernar, solo permanecer en el poder y no puede hacerlo de otra manera; la oposición porque sabe e hipócritamente lo calla, que no podrá gobernar sin violar todos los principios institucionales y republicanos que declama. Con una buena caja se calman y anestesian susceptibilidades puritanas.

La destrucción de todos los sistemas de administración, gobierno, producción y comercio no son casuales, es la vieja política de tierra arrasada, después de nosotros nadie.

Encorsetarse en soluciones basadas en mentiras encubiertas o verdades a medias es condenarse al fracaso. El argumento que es por la emergencia y después se corrige, es de mala fe, haga la prueba de quitarle el caramelo que le dio a un chico malcriado para que no llore.

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