UN ACTO UN PAÍS UN IDIOMA
No es posible calificar de acto o movilización a una pequeña manada de mercenarios, vagos y mantenidos, arreada por cuatro monedas.
No puede representar a un país, un palco demencial incitando al odio y mintiendo con descaro nunca visto. No es nuestro idioma el que se escucho ni el tono, ajeno inclusive a los más bajos suburbios.
En los bosques de Palermo apareció la verdadera argentina superando diferencias o enfrentamientos fabricados, conviviendo codo a codo sectores impensables hace pocos años.
Expresion de dos realidades, una que se desmorona y otra que crece día a día.
Si había alguna duda, acerca de si estábamos sometidos a un conflicto imprudente o a una guerra de agresión y exterminio, los hechos están a la vista.
Las cartas están echadas, no hay retorno, que la Virgen nos asista.
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