Porque no es la primera vez, no hay lugar para eufemismos ni sinónimos. Renunció un ministro que nunca vieron, levantaron la protesta y fueron corriendo a reunirse porque se abrían nuevas perspectivas. Ven un borrador sin firmas, que no pasa de un mamarracho en sus fundamentos y disposiciones y acá no pasó nada. A uno no le alcanzan las manos para bajarse los lienzos y otro forcejea por meterse en el pantano de subsidios que no quería, chicos y medianos y el cansador circo de cuatro meses, para ocultar la confiscación mafiosa.
Les dejaron un caramelo envenenado para que entre los cuatro peleen a ver que hacen y quien se lo come, mientras ganan días y se van a ventilar la calentura al Calafate, lejos de oídos indiscretos.
El lunes se sabrá a través del Boletín Oficial si el decreto existe y que dice, no es susceptibilidad; si diputados votaron un proyecto que no conocían con agregados y retoques de último momento, que nadie explicó, existe el derecho a pensar cualquier cosa.
Un curioso decreto que no sanciona, simplemente instruye a un ministro que haga tal cosa en ejercicio de las atribuciones del poder ejecutivo. Hasta tanto pueda discutirse la cuestión en "instancias que no estén sometidas a presiones." Esto y afirmar que es insanablemente nulo lo resuelto por los Senadores bajo presión es lo mismo. Otro agravio gratuito, que siendo hecho por instrumento público amerita el inmediato Juicio político de los firmantes.
En tanto el aparato totalitario permanece y la presidente se da el lujo de refregárselo por la cara a todos, el exitismo de la tilinguearía argentina aplaude y festeja a un “futuro presidente” y la exitosa y prudente campaña del campo conducida por descerebrados.
Lamentablemente la sensación de ayer se convirtió en certeza, hasta Pirro de Epiro cambió de bando y ahora está a la cabeza de la protesta.(ver abajo, art. del 18/7 Leyes, Ganancias y Poder)
¡Vamos confiados por otra victoria, nos conducen ganadores!
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