Votado y aprobado el Golpe de Estado en Diputados, una curiosa sensación invade el ambiente, no hay ruido de fiesta, felicitaciones ni lamentos, un pesado silencio de velorio aplasta a personas, comentaristas, políticos, funcionarios y dirigentes tanto de un lado como del otro. No es la distensión del fin de un conflicto, parece que todos esperan quien va a dar el primer paso.
¿Enterramos el muerto o despenamos al herido? Hay dudas si el caído está muerto o si el herido es capaz de recuperarse. Presiento que la duda se origina en una certeza: otro circo ordinario como este en el Senado y no queda títere con cabeza, inclusive será el suicidio del parlamento y la dirigencia, política y sectorial.
Discutir y negociar horas y días un maquillaje de subsidios, fletes, hectáreas y toneladas, que si chicos, medianos y grandes para hacer una ley que en tres meses, pierde los afeites y solo quedará vigente lo que “no se discutía ni tocaba” es un desafío a la tolerancia de todos, cuando en su audacia sin limite promocionan las “concesiones y retoques” que se hicieron.
Antes que se tome real conciencia de lo que se aprobó, solo quedará en pie la verdad. se ratificó únicamente la delegación de poderes al ejecutivo para meterle la mano en el bolsillo a quien guste sin dar cuentas.
Quien mueva la primera pieza o comience reuniones tratando de influir en decisiones se hace cargo de otra desvergüenza y asume las consecuencias.
Los lenguaraces del gobierno hasta ahora parecen haberlo entendido, están mudos y bien guardados. Sus recursos tramposos son infinitos lo han demostrado.
¿Enterramos el muerto o despenamos al herido? Hay dudas si el caído está muerto o si el herido es capaz de recuperarse. Presiento que la duda se origina en una certeza: otro circo ordinario como este en el Senado y no queda títere con cabeza, inclusive será el suicidio del parlamento y la dirigencia, política y sectorial.
Discutir y negociar horas y días un maquillaje de subsidios, fletes, hectáreas y toneladas, que si chicos, medianos y grandes para hacer una ley que en tres meses, pierde los afeites y solo quedará vigente lo que “no se discutía ni tocaba” es un desafío a la tolerancia de todos, cuando en su audacia sin limite promocionan las “concesiones y retoques” que se hicieron.
Antes que se tome real conciencia de lo que se aprobó, solo quedará en pie la verdad. se ratificó únicamente la delegación de poderes al ejecutivo para meterle la mano en el bolsillo a quien guste sin dar cuentas.
Quien mueva la primera pieza o comience reuniones tratando de influir en decisiones se hace cargo de otra desvergüenza y asume las consecuencias.
Los lenguaraces del gobierno hasta ahora parecen haberlo entendido, están mudos y bien guardados. Sus recursos tramposos son infinitos lo han demostrado.
Pero la cabra al monte tira. Y al que nace barrigón es al ñudo que lo fajen.
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