Es el día de nuestra independencia, hoy los argentinos sometidos nuevamente al soberano capricho del absolutismo, guardamos duelo en espera que el sol de la independencia vuelva a iluminar esta tierra de libertad.
Viví otros duelos en mi vida, siempre volvió la luz y la alegría, siempre también se opacó con la desilusión y el fracaso, por instrumentar como solución una supuesta síntesis de falsas contradicciones o darla vuelta y usar la ceca, de la misma moneda como bandera.
Espero esta vez haber madurado y que todos lo hallamos comprendido. Esperar el tiempo de la cosecha no es tolerancia, es la prudencia de la experiencia, meter mano para resolver lo que está más allá de nuestra humana capacidad es necedad y soberbia.
Se hizo la noche cerrada, lo que viene con certeza es el alba y el nuevo día, el tiempo no retrocede.
Viví otros duelos en mi vida, siempre volvió la luz y la alegría, siempre también se opacó con la desilusión y el fracaso, por instrumentar como solución una supuesta síntesis de falsas contradicciones o darla vuelta y usar la ceca, de la misma moneda como bandera.
Espero esta vez haber madurado y que todos lo hallamos comprendido. Esperar el tiempo de la cosecha no es tolerancia, es la prudencia de la experiencia, meter mano para resolver lo que está más allá de nuestra humana capacidad es necedad y soberbia.
Se hizo la noche cerrada, lo que viene con certeza es el alba y el nuevo día, el tiempo no retrocede.
VIVA LA PATRIA
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