NOS DEBEN EL ACTO
Dicen las crónicas que hubo dos, en Salta y en Rosario; en verdad hubo un show de musiqueros y bailanteros folklóricos baratos, cuestión de ponchos y bombos y una puesta en escena inconsistente y desubicada, salvada por el que sin representar formalmente a nadie, pareció ser el único representante de todos.
El protagonismo del festejo se lo llevaron los más de 300.000 argentinos en el monumento a la bandera y los que no pudieron llegar porque colapsaron todos los accesos a la ciudad, llegados espontáneamente por su cuenta y riesgo desde todo el país.
Considerando viaje, distancias e inseguridad en cuanto a lugar hospedaje y necesidades básicas, el mayor desplazamiento humano para decir solo ¡¡¡Acá estamos!!! que registra nuestra historia.
Argentinos que concurrieron desde los cuatro extremos del país, para apoyar el reclamo del campo y manifestar claramente su oposición a quienes gobiernan contra todos, no fue pro este o aquel, fue claramente por la nación argentina la de siempre la de todos.
Sigue la tragicomedia, difícil que haya sorpresas siendo los actores ciegos y sordos que no quieren ver ni oír. La única novedad previsible es que los judas que muestran la hilacha, den el beso de la paz
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