Más allá de los prejuicios y complejos de la dictadura contra el campo, el actual conflicto no nace de una particular decisión de perjudicarlo, son plenamente conciente que a lo largo de cinco años fue la producción agropecuaria un manso financista que no cobraba intereses, reclamaba concesiones mafiosas, ministerios, cargos políticos o poner su gente en listas sábana.
Se quedaron sin caja para mantenerse en un año que se les cae la estantería de mentiras.
Allí estaba el perro manso para mover el rabo y lamer heridas, pues entonces quitémosle el hueso. Si no se asume esta realidad no se puede entender nada, ni despropósitos, agresiones o políticas suicidas.
En medio de un absoluto silencio informativo, solo el canal de noticias TN, revelo que el secretario de Comercio interior citó hoy en su despacho a los fabricantes de bolsas para acopiar granos.
No llega soja a los puertos, porque los productores la acopian en el campo, no sirve la ley de desabastecimiento porque la soja es para exportación y se caen las confiscaciones por retención. Un golpe mortal al centro del poder.
Había razón en que si el campo no vende, la ciudad no debe comprar. El autoritarismo debe destruirse donde tiene su origen.
Lo mismo debe ocurrir con la hacienda; las cámaras frigoríficas están saturadas de carne, las exportaciones están cerradas y se perderán los mejores mercados, si hacen aparecer el “cuco del desabastecimiento” que vaya Moreno, si lo dejan, con su ley a abrirlas, incautar las medias reses y ponerlas en el mostrador.
POR LA PATRIA NO COMPRE NADA DE LO QUE PUEDA PRESCINDIR O POSTERGAR
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