mayo 30, 2008

TODOS A PONER EL LOMO

LOS FARISEOS HACEN ANUNCIOS

Los productores en las rutas están sacados, da miedo lo que dicen.

Gravísima sentencia de un dirigente rural.

En verdad están hartos de esperar horas y horas de reuniones y diálogos para nada, de alternativas envenenadas. Que si se para por tres días o cinco, si hacemos una tregua y volvemos a empezar; de un lado hubo un desgaste buscado, del otro se lo consintió.
¿Cuanto más fácil y honesto era decir claramente no hay voluntad de diálogo ni posibilidad que retrotraigan lo resuelto? Al fin y al cabo es el reiterado mensaje oficial desde el comienzo, en lugar de andar con chicanas, falsas esperanzas y fabricando componendas, para conseguir un acuerdo que sea digerible, fumándose alegremente un capital de apoyo humano que no tenían ni buscaron, pero los siguió y acató disciplinadamente por más de dos meses.
Si faltó decisión o comprensión de la realidad para romper lanzas, habrá que poner el lomo para aguantar las consecuencias. O estalla la ciudad o estalla el interior escribí hace unas semanas, la soga está al límite, se va a cortar y el chicotazo segará muchas cabezas.

Admito que el desafío no era fácil y que opinar de afuera siempre es sencillo; pero se que cuando se carece de capacidad y no se sabe donde se está parado, se debe dar un paso al costado en lugar de disimularlo con improvisaciones.

Diseñar una forma de protesta, con normas y limites claros y mantenerla a rajatabla, sin entrar en el juego de acentuarla a cada provocación para terminar llegando donde otros quieran llevarla.

Todo producto de “querer creer” en el estado de derecho, en la majestad de la justicia y en el respeto a la figura de un presidente de la nación. Hoy en argentina tres recuerdos del pasado. No existen el derecho, la justicia, ni quien dice hacerlo reúne las condiciones elementales para empuñar el Bastón de Mando o lucir la Banda con un mínimo de dignidad. ¿Se puede presumir la dignidad de quien miente, calumnia, ofende y agrede descaradamente, todos los días?

Ya está hecho, ni se llora sobre la leche derramada ni un tropiezo es caída.

Me duele escribirlo, porque hace meses que insisto en lo mismo, no soy quien para buscar culpables, solo me interesa encontrar la falla para prevenirla o corregirla y debo admitir el fracaso. Falle en la manera de comunicar o en llegar donde se debía.

De una vez por todas, esta es una justa guerra de defensa contra un invasor legalizado por sus cómplices, que vino a imponer un nuevo país, con nueva historia, justicia, credo y costumbres incluidas. Paz y guerra, situaciones que requieren dos idiomas y dos actitudes distintas, no pueden confundirse. Nadie lo buscó, está; guste o no, hay que afrontarlo y resolverlo, con el arte y la herramienta adecuada.

No digo que es guerra por un capricho personal en imponer una idea o porque suene tremendo y sonoro, sino porque es evidente que no hay lugar para las palabras ni la confrontación de razones y argumentos, las herramientas de la política; el punto en que se pasa a la continuación de la política por otros medios, acertada definición de la guerra, porque no se respetan límites éticos, morales ni convenciones sociales, vale todo.

El campo y sus productores han dado mucho más de lo que podían, sin entrar en el sofisma de demagogos populacheros, acerca de si son grandes o medianos y pequeños, como si hubiese un derecho y una justicia para los grandes y otra para los chicos. Demostrando una lucidez y tolerancia envidiables.

Ha llegado la hora de las grandes ciudades las que se lavan las manos presumiendo de opositoras o limpian su conciencia golpeando cacerolas.

SI EL CAMPO NO PUEDE TRABAJAR NI VENDER, LAS CIUDADES NO COMPRAN.

ECONOMÍA DE GUERRA PARA TODOS.

NO SE FINANCIAN MÁS CON IMPUESTOS Y CONSUMO PRESCINDIBLE LAS MENTIRAS CON QUE DESTRUYEN LA NACIÓN Y EMBARGAN SU FUTURO.

Cada uno joven o mayor, mujer o varón, tiene un lugar que lo espera, sin cámaras que lo exhiban, ni vecinos que lo reconozcan y palmeen. Los héroes de carne y hueso siempre son anónimos, los de bronce son producto de operaciones de prensa, trovadores e historiadores a sueldo desde muy antiguo.

Acaban de hacer anuncios unilaterales, no se han firmado las resoluciones, puesto número ni publicado, obra de hipócritas fariseos miles de palabras agitando campanillas, para contar lo bueno que son y que todos los vean.

¿Esto es paz o es guerra?

Como dije en el articulo anterior, “o agarran el hueso y se meten en la cucha con el rabo entre las patas o suelto a los leones”

Que Dios nos ilumine y ampare.


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