¿ABORTO EL PACTO DE JUDAS?

Parece existir la convicción silenciosa, que la “transa” estaba acordada ya que los “papers” circulaban libremente por debajo y por encima de la mesa de diálogo y algún teléfono celular estaba al rojo vivo; el pato de la boda era el país, todo precedido por discursos para quedar inmaculados.

La movilización del 25 y una larga noche pusieron patas arriba el proyecto, ante la magnitud de la presencia unida del campo y la ciudad en Rosario y el fuertísimo mensaje de los asistentes a las figuritas que convocaron, que no hizo suya la hipocresía de no ser opositores. Aún cuando se manifestó con extrema prudencia.

La solución era una ensalada de eufemismos, números y topes, para seguir financiando a la mafia, sin mengua del aporte.

Es la sensación recogida y mi opinión personal avalada por dos meses de dimes y diretes, agachadas, discursos confusos y contradicciones cotidianas. Sobreabunda la información sobre los entretelones de las negociaciones, no me consta por eso los dejo de lado. Dos fueron públicas y notorias y no pueden callarse: la pendejada de dormir en el ministerio de economía para que no los acusaran de haberse retirado de la reunión, mientras el jefe de gabinete daba a pocos pasos una conferencia de prensa, anunciando la exitosa reunión concluida que debía continuar el 26 y el representante de una de las entidades que negocia a hurtadillas los subsidios para su bolivariana empresa mandataria, que los productores lecheros no perciben y se retira de las reuniones para hacer presencia junto a la presidente en un acto en el Salón Blanco. Sin haber tenido al menos el buen gusto, ya que la dignidad le falta, de dar un paso al costado.

Los que mandaban han girado el discurso, poniendo el acento en la legitimidad del gobierno(Fernández), que no se ha leído el mensaje de las urnas(Díaz Bancalari), en verdad un mensaje en entredicho, avalado por una tramposa ley electoral, financiación extranjera, consentido y legalizado por una oposición política cómplice pagada con fondos de la producción, para seguir existiendo sin tener que hacerse cargo de un gobierno imposible, que se cae a pedazos.

Un presidente electo no recibe un regalo, sino una sentencia de ejecución inmediata: demostrar en los hechos, que se tiene capacidad para ejercer el poder en orden al bien común. No es un cheque en blanco ni una patente de corso por cuatro años renovables.

La supuesta legitimidad de origen debe revalidarse todos los días con la legitimidad de ejercicio, lo contrario es usurpación.
Que Dios y la patria me lo demanden concluye la fórmula del juramento, posiblemente le llegó la hora a los perjuros.

Tienen mayoría absoluta en ambas cámaras, controlan a la justicia, la prensa y a todos los gobernadores, recursos ilimitados para hacer y deshacer sin dar cuenta. Condiciones irreproducibles en ninguna parte del mundo y la única salida que les queda es incendiar el país. ¿Mucho no, para seguir tolerando?

En buena hora, de todas maneras iba a ocurrir, se quemarán de una vez por todas tanta basura y cadáveres acumulados.

No está todo perdido cuando el azote de Dios restalla y golpea, se abrirán miles de frentes de conflicto, sindicatos y la izquierda subversiva peleando por los despojos y buscando posicionarse, por si las moscas; viene el frío y se van el gas y la electricidad, los industriales parásitos tiemblan, y hasta tenemos una mega garrafa flotante en Bahía Blanca que puede hacer mucho ruido.