Es una opinión personal como siempre, se toma o se deja, si llegué a escribirla y publicarla es porque le di muchas vueltas. Hay miles de opiniones, solo quienes ponen el lomo para ejecutarlas deben seleccionar las más adecuadas, después de haber tamizado todas, las propias y ajenas. No creo en teorías que no se ajusten a la realidad del momento y lugar. Si creo que hay principios que no pueden dejarse de lado, en ninguna circunstancia.
El conflicto en las rutas va para largo, después de los ocho días, vendrán otros, personalmente ante los hechos ocurridos, no veo la razón de encorsetarse con plazos, si se quiere hacerlo por razones políticas, que primero entren en vigencia todos los acuerdos que dicen que existen, no se debe complicar innecesariamente la forma de la protesta.
Si hay productores que remiten granos o hacienda los camiones deben volverse por donde vinieron, identificar el remitente y avergonzar públicamente a los responsables que complican la vida a los que están en las rutas, mientras siguen con su negocio, especulando con los posibles beneficios que se obtengan con el sacrificio ajeno.
O el transporte pasa y sigue su ruta o se vuelve por donde vino con un “escrache” a cuestas. Colas de transportes parados no benefician a nadie y agravan todo.
Las presiones irán en aumento, no necesariamente deben tomarse nuevas medidas so pena que los que presionan estén provocando repuestas, tarde o temprano por cansancio o por bronca se cometerá el error fatal. Si hay presión o agresión es únicamente por dos razones: porque duele y molesta, razón de más para seguir en lo mismo o porque se busca que den un paso en falso.
Carneros, intendentes, legisladores y gobernadores son las piezas de caza selecta.
Los “panqueques” son ricos de postre pero no sirven de aliados.
Recordar que el pez por la boca muere. La comunicación, transparencia y sinceridad no pueden dejar de lado la prudencia. Cuando enfrente no hay moral, límites ni respeto, debe esperarse la peor canallada posible. Más que una opinión personal es la conclusión obligada que dejan todos los discursos y declaraciones oficiales.
Un par de volantes denunciando el precio que recibe el productor y el que paga el consumidor, hicieron más que cientos de discursos y kilómetros de camiones parados, al instalar una verdad siempre oculta al común de la gente: quien se lleva la parte del león y nadie toca. Las culpas siempre son del productor o del comerciante minorista las dos puntas a las que se imponen precios fijos. Pícaros hay en todas partes, a los grandes, los anónimos que están en el medio, no se los toca.
La información que nunca se dio; el golpe al centro de la prepotencia: sus recursos sin control y el desbande de aliados y mercenarios, son el eje a mi entender de la protesta.
Si está de acuerdo, de usted depende que estas líneas lleguen dónde puedan ser útiles.
Nota: Se agradecerá que todo comentario u opinión sea exclusivamente dirigido a lsilvaortiz@gmail.com, en condiciones de absoluta privacidad, esta página no es foro de opinión.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario