Otra vez se recalentó el conflicto a niveles insospechados: En Entre Ríos, los uruguayos has sido declarados indeseables y se amenaza con construir un muro en un puente internacional. Hay nuevas cartas en la mesa por lo que no es fácil la lectura. Desde el cachetazo de Misiones, la reelección de Lula, el dictador de Caracas que no hace pié y el tirano patagónico jaqueado por los cascotazos de sus propias mentiras, parecieran cuestiones traídas de los pelos, no lo son, si se tiene presente el “modus operandi” de la dictadura que carece de límites éticos y morales a la hora de solucionar sus problemas.
El canallesco argumento de que el gobierno no avala ni apoya estos desmanes, pero los tolera y garantiza la impunidad de los responsables, es insostenible y será el próximo golpe que se les volverá en contra. Cuando la autoridad no se ejerce, naturalmente alguien “de facto” la toma en sus manos. No es guerra con el Uruguay; será guerra entre los entrerrianos o con sus vecinos de Santa Fe, o quizás el nuevo Lula mostrará sus números y dirá ¡basta de payasadas! y siguiendo la tradicional política de Brasil extenderá sus alas protectoras sobre la Banda Oriental del Uruguay.
La escalada de violencia de los “Asambleístas” de Gualeguaychú, no es una casualidad, como mínimo puede tener dos lecturas: el escándalo de una provocación para tapar el fracaso en Misiones, que puso en entredicho todas las políticas construidas a partir de estadísticas, o la previsible autonomía de los grupos de tareas oficiales ante el evidente vacío de autoridad (sálvese quien pueda).
El testigo “perdido”; el 17 de Octubre en San Vicente; el Hospital Francés etc. no pasaron y se fueron, dejaron huella profunda. Los responsables, bien gracias.
Tampoco es casualidad que este brote de agresión e intolerancia se produzca en vísperas de la Cumbre Iberoamericana de Montevideo, y que el Uruguay sea en potencia el candidato para destrabar la elección en el Consejo de Seguridad.
Como juega cada hecho, es cosa de mandinga. Este ovillo tiene muchos cabos, tire y se enreda, ¿otro nudo Gordiano? Ya no hay más Alexsandros.
No creo en las casualidades ni en el azar; hay causas y efectos, por hoy demasiados para mi gusto ¡A desensillar hasta que aclare!
Lo que si tengo claro es que estamos frente a otro escandaloso quid pro quo, ha cambiado el punto de equilibrio inestable en el vecindario que por necesidad irá a uno nuevo.
Hay demasiadas cuentas pendientes entre todos, quizás ha llegado el momento de hacer un “clearing” ya no valen promesas ni compromisos de pago. ¡en efectivo che!
El canallesco argumento de que el gobierno no avala ni apoya estos desmanes, pero los tolera y garantiza la impunidad de los responsables, es insostenible y será el próximo golpe que se les volverá en contra. Cuando la autoridad no se ejerce, naturalmente alguien “de facto” la toma en sus manos. No es guerra con el Uruguay; será guerra entre los entrerrianos o con sus vecinos de Santa Fe, o quizás el nuevo Lula mostrará sus números y dirá ¡basta de payasadas! y siguiendo la tradicional política de Brasil extenderá sus alas protectoras sobre la Banda Oriental del Uruguay.
La escalada de violencia de los “Asambleístas” de Gualeguaychú, no es una casualidad, como mínimo puede tener dos lecturas: el escándalo de una provocación para tapar el fracaso en Misiones, que puso en entredicho todas las políticas construidas a partir de estadísticas, o la previsible autonomía de los grupos de tareas oficiales ante el evidente vacío de autoridad (sálvese quien pueda).
El testigo “perdido”; el 17 de Octubre en San Vicente; el Hospital Francés etc. no pasaron y se fueron, dejaron huella profunda. Los responsables, bien gracias.
Tampoco es casualidad que este brote de agresión e intolerancia se produzca en vísperas de la Cumbre Iberoamericana de Montevideo, y que el Uruguay sea en potencia el candidato para destrabar la elección en el Consejo de Seguridad.
Como juega cada hecho, es cosa de mandinga. Este ovillo tiene muchos cabos, tire y se enreda, ¿otro nudo Gordiano? Ya no hay más Alexsandros.
No creo en las casualidades ni en el azar; hay causas y efectos, por hoy demasiados para mi gusto ¡A desensillar hasta que aclare!
Lo que si tengo claro es que estamos frente a otro escandaloso quid pro quo, ha cambiado el punto de equilibrio inestable en el vecindario que por necesidad irá a uno nuevo.
Hay demasiadas cuentas pendientes entre todos, quizás ha llegado el momento de hacer un “clearing” ya no valen promesas ni compromisos de pago. ¡en efectivo che!
No hay comentarios:
Publicar un comentario