Hay circunstancias en la vida que hay que jugarse: blanco o negro; con Dios o con el diablo; si/no etc. Es cuando desaparecen los grises, es un día que siempre llega.
En Argentina han instalado por conveniencia propia la teoría del “demonio único” después de pretender justificar durante años el terrorismo subversivo con el argumento por el que la violencia de arriba (estado), justifica la violencia de abajo (terrorismo subversivo). Un buen día decidieron que esos dos demonios no existían porque los subversivos no eran violentos, eran “buenos jóvenes idealistas”.
Hoy en el Cercano Oriente, tanto Palestinos como Israelíes han resucitado los dos demonios. El terrorismo de unos justifica una respuesta desmedida, “genocida” al decir actual, de los otros, y el terrorismo de estado israelí justifica el terrorismo suicida de los palestinos.
Resultó muy evidente que lo del “duelo nacional” por un atentado a la mutual judía hace 12 años, con el que se pretendió encubrir su inasistencia a los actos por temor al repudio ciudadano frente a la complicidad y tolerancia oficial con la violencia delictiva que ya se cargó más muertos que varias mutuales judías, fue solo una pose cobarde para salir del paso, evitar el público repudio y definir de que lado estaba ante la comunidad judía frente a una guerra no declarada. No se puede ser amigo de Chávez, Iraníes y Libaneses y sobarle el lomo a los judíos.
Mal día para poses, cuando el terrorismo de estado de Israel, al que hasta Jacques Chirac califica de comportamiento violento y aberrante ( Le Figaro,17/7 ) invita a claras definiciones. (Ver: "Piden al gobierno que apoye a Israel").
Me pregunto, ¿acaso no es discriminatorio un duelo nacional, junto al sepulcral silencio hacia las víctimas de la subversión terrorista argentina y los cientos de muertos de cada día?
Hoy en Argentina, recordar y honrar a los muertos por la patria es “apología del delito” y a los muertos por delincuentes comunes es “desestabilizar” y mentir acerca de una inseguridad que no existe (Fernández dixit).
Juego doble contra sencillo que ni Arslanian, Iribarne, Bonafini, Carlotto, Bonasso o los Fernández abren boca. Ayer frente a los representantes del Consejo Judío Mundial, el canciller Taiana; el terrorista de la bomba en el bar Ibérico, se escapó como rata por tirante.
Antes del punto final este artículo me esta pidiendo varios puntos sobre las íes sobre cuestiones que nuevamente fueron puestas sobre el tapete.
Antes de presentar reclamos o exigir determinadas medidas, la comunidad Judía local debe poner en claro si son argentinos o vasallos de Israel. Está absolutamente fuera de lugar exigir un rompimiento de relaciones con Irán, sea por el atentado o por la crítica situación actual. Argentina es un país soberano que no tiene ninguna razón para cargarse un conflicto extraño, más aún cuando no se ha probado el origen de la autoría intelectual o material del atentado. Que es el otro punto.
No bien ocurridos los atentados con explosivos a la Embajada de Israel y a la Mutual Israelita, el entonces gobierno argentino solicitó la colaboración de servicios extranjeros de inteligencia. Esto cuando menos lo investigaron, con o sin invitación la CIA y el Mossad. A la fecha se desconoce que alguno de ellos haya aportado datos reveladores, suponer que no han llegado al esclarecimiento del hecho es argumento para infradotados.
Saben todo y por alguna secreta razón no les conviene decirlo. Por lo que las diatribas a la justicia y a la inteligencia argentina aunque muy justificadas está absolutamente fuera de lugar.Si cada uno se ubicara en su sitio y dejara de mentir, desinformar y llevar agua para su molino, todo sería más transparente, caiga quien caiga.
En Argentina han instalado por conveniencia propia la teoría del “demonio único” después de pretender justificar durante años el terrorismo subversivo con el argumento por el que la violencia de arriba (estado), justifica la violencia de abajo (terrorismo subversivo). Un buen día decidieron que esos dos demonios no existían porque los subversivos no eran violentos, eran “buenos jóvenes idealistas”.
Hoy en el Cercano Oriente, tanto Palestinos como Israelíes han resucitado los dos demonios. El terrorismo de unos justifica una respuesta desmedida, “genocida” al decir actual, de los otros, y el terrorismo de estado israelí justifica el terrorismo suicida de los palestinos.
Resultó muy evidente que lo del “duelo nacional” por un atentado a la mutual judía hace 12 años, con el que se pretendió encubrir su inasistencia a los actos por temor al repudio ciudadano frente a la complicidad y tolerancia oficial con la violencia delictiva que ya se cargó más muertos que varias mutuales judías, fue solo una pose cobarde para salir del paso, evitar el público repudio y definir de que lado estaba ante la comunidad judía frente a una guerra no declarada. No se puede ser amigo de Chávez, Iraníes y Libaneses y sobarle el lomo a los judíos.
Mal día para poses, cuando el terrorismo de estado de Israel, al que hasta Jacques Chirac califica de comportamiento violento y aberrante ( Le Figaro,17/7 ) invita a claras definiciones. (Ver: "Piden al gobierno que apoye a Israel").
Me pregunto, ¿acaso no es discriminatorio un duelo nacional, junto al sepulcral silencio hacia las víctimas de la subversión terrorista argentina y los cientos de muertos de cada día?
Hoy en Argentina, recordar y honrar a los muertos por la patria es “apología del delito” y a los muertos por delincuentes comunes es “desestabilizar” y mentir acerca de una inseguridad que no existe (Fernández dixit).
Juego doble contra sencillo que ni Arslanian, Iribarne, Bonafini, Carlotto, Bonasso o los Fernández abren boca. Ayer frente a los representantes del Consejo Judío Mundial, el canciller Taiana; el terrorista de la bomba en el bar Ibérico, se escapó como rata por tirante.
Antes del punto final este artículo me esta pidiendo varios puntos sobre las íes sobre cuestiones que nuevamente fueron puestas sobre el tapete.
Antes de presentar reclamos o exigir determinadas medidas, la comunidad Judía local debe poner en claro si son argentinos o vasallos de Israel. Está absolutamente fuera de lugar exigir un rompimiento de relaciones con Irán, sea por el atentado o por la crítica situación actual. Argentina es un país soberano que no tiene ninguna razón para cargarse un conflicto extraño, más aún cuando no se ha probado el origen de la autoría intelectual o material del atentado. Que es el otro punto.
No bien ocurridos los atentados con explosivos a la Embajada de Israel y a la Mutual Israelita, el entonces gobierno argentino solicitó la colaboración de servicios extranjeros de inteligencia. Esto cuando menos lo investigaron, con o sin invitación la CIA y el Mossad. A la fecha se desconoce que alguno de ellos haya aportado datos reveladores, suponer que no han llegado al esclarecimiento del hecho es argumento para infradotados.
Saben todo y por alguna secreta razón no les conviene decirlo. Por lo que las diatribas a la justicia y a la inteligencia argentina aunque muy justificadas está absolutamente fuera de lugar.Si cada uno se ubicara en su sitio y dejara de mentir, desinformar y llevar agua para su molino, todo sería más transparente, caiga quien caiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario