julio 05, 2006

Pensando en la justicia

La Justicia parece ser hoy un tema de todo el mundo, hablan de ella: el taximetrero, el almacenero, el jurista y Don Nadie. Vemos todos los días doñas llorando a moco tendido clamando ¡¡¡justicia, justicia!!! O clamando porque la víctima no podrá tener paz hasta que se encuentren y castiguen a todos los culpables. El peso de la ley debe ser inexorable pero esto suena más a la venganza de la Ley del Talien.
Cuando se “globalizan” los problemas, automáticamente me pregunto ¿Es razonable que de pronto en todo el planeta algo deje de funcionar? ¿Será una cuestión que afecta a todo el mundo o se está instalando un problema para cambiarle el sentido a la solución?
Lo primero que se me ocurre es si la justicia que se reclama, debe ser justa y si ello significa ser equitativa e imparcial o es otra cosa. Dejo picando la cuestión, hoy no me voy a meter en ese berenjenal.
Impresiona como que a nadie le importa un comino “que es”, la cuestión pasa por “qué se espera que sea”
A medida que mi cerebro trabaja se me representa la imagen de la señora Justicia, sí, esa de la espada y la balanza; imagen de la diosa griega Themis, segunda esposa de Zeus, que personificaba el orden y el derecho en la mitología griega. Con esto ya tengo claro que esta imagen no es para hoy. Orden y derecho, con razón no funciona. Me han dado distintas explicaciones, en general coincidentes en cuanto que la venda en los ojos expresa que no ve a quien tiene delante lo que asegura que no haya privilegiados, la balanza representa el equilibrio entre culpas y descargos y la espada para unos representa el poder de sancionar y otros me dicen que es un recuerdo del Rey Salomón, cuando ante el reclamo de dos madres decidió cortar al niño por la mitad y darle una parte a cada una, el llanto y la desesperación de una de ellas le demostró quien era la verdadera madre. En síntesis la imagen no solo no me aclara nada sino que genera nuevas dudas. Si tiene las dos manos ocupadas ¿quién carga los platillos de la balanza? Y si no ve ¿como sabe que en cada uno se pone lo que corresponde? A este oculto personaje lo imagino como un jurista autor de una doctrina penal y siguiendo con las dudas ¿por qué no está la espada en alto lista para sancionar de inmediato? Y si no ve, ¿como sabe a quien decapita? Veo un libro a sus pies llamado “Lex” ¿Quién lo escribió?, ¿cómo hace para leerlo con los ojos vendados? Y si le quito la venda ¿verá la letra chiquita? Más ayudantes, uno para que lea y otro que vigile si lee lo que está escrito o inventa.
Tanta gente para ayudar ya parece poco serio. Y sigo sin entender ¿para que la venda?, si los colaboradores ven todo y le pueden decir en voz baja ¡cuidado que este es amigo, del jefe! Me va quedando claro que esto así no funciona, eso si, la imagen muestra todos los defectos ¿y las virtudes? Bueno, pienso que es humana la señora y hoy las virtudes escasean. ¿Por qué la espada en la izquierda? ¿Los únicos que sancionan son los zurdos? Entre esta multitud falta alguien: “la verdad”, ¿estará en alguna parte o no interesa? Le cuento un chimento, hace rato que la Señora le cortó la cabeza porque la molestaba con sus quejas, pero no es político mencionarlo.
Sin duda esta es la imagen de la justicia de los hombres que somos imperfectos.
No hay que preocuparse todo tiene remedio, ahora vienen los juicios por jurados - ¿más gente? – si señor es la onda moderna, si un idiota no sirve, la solución es poner varios y si falla, la alternativa ya viene marchando “justicia popular” con los códigos de la opinión pública. ¿Cómo puede expresarse la opinión pública? Estamos en el s. XXI, por mail, fonovoto o encuestas, incluidos mensajes de texto, es rapidísimo, ya se hace por TV.
Si fuera abogado me estaría preocupando, van a estar de más.
Personalmente todo este movimiento tiene muy mal olor. En distintos ámbitos “la soberanía popular” que no dio mucho resultado, parece estar dejando paso a la “soberanía de la opinión pública” que va a ser mucho peor, le cito a modo de ejemplo algunos: Referéndum, Constituciones descartables, códigos a medida, las penas de “escrache” hoy primitiva: que será reemplazadas por la expulsión del sistema de los condenados por la sociedad, no se sorprenda, esto ya está vigente. Espere a que lo borren de un banco de datos ¡Se murió amigo!
¿Acaso hoy la opinión pública no decide qué tienen que creer y qué no los fieles de una religión?.
¿Qué quiere la opinión que digan los Pontífices, obispos y religiosos y cómo deben comportarse?
¿Qué está bien o mal, quién es un normal, un enfermo o un degenerado, quién es un genocida y quien un campeón de la democracia, quién es un asesino y quien una pobre víctima de la sociedad?
No es ciencia-ficción, miremos al mundo en esta semana y sus propuestas. Marchas por la justicia en todas partes, “No a la pobreza”, estudiantes reclamando transporte gratuito o prohibición de medidas disciplinarias etc. No es problema de tal o cual gobierno, ocurre en Paris, Atenas, Santiago de Chile y Buenos Aires. Similares demandas e idénticos métodos, ¿raro no? Y todo este circo no es espontáneo, la gente tiene aquí y en todas partes, preocupaciones y problemas reales que no se arreglan con marchas, velas, trapos blancos y otras payasadas, usted, yo y todo el mundo lo saben, los que manejan los medios instalan y fogonean esto, ellos muestran y convocan lo que los interpretes de la opinión pública resuelven que son las justas aspiraciones y necesidades de la sociedad. Haga la prueba y póngales la proa: lo excomulgan, pasa a la categoría de terrorista.
Los políticos fracasaron, en poco tiempo les pasa el mundo por encima, siempre escuché que eran un mal necesario para que pudiera funcionar la democracia representativa, que no era el sistema perfecto, pero era el menos malo. Ahora lo que cuenta es la opinión pública, ya no se los necesita más. A la hoguera con ellos, ¿suponen que alguien los va a defender? O vamos a estar todos de acuerdo. No invento cosas, están a la vista de todos y da para pensarlo muy en serio.¿Soluciones? Sigo pensando lo mismo: Rece si sabe y si no aprenda; por usted, por los suyos y por todos y aguantar el cimbronazo. Nos toco una generación que debe resistir, otras cambiaron o conquistaron, cada una tiene su sino. No se trata de hacer lo que a uno le guste sino lo que se debe.

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