julio 18, 2006

Ni todo está en venta ni se juega con fuego

Hasta las ideas se pueden negociar y si no hay acuerdo prostituirlas y esterilizarlas, con los sentimientos no se puede, ni se compran ni se venden porque no pasan por la razón e ignoran la conveniencia, es más suelen ir contra ella.
Cuando los sentimientos brotan en los pueblos o en las masas la situación se complica, a su propia irracionalidad se suma la de los cuerpos en los que anidan.
Es más que una disquisición intelectual; es el “aquí y ahora”. Tampoco es una interpretación, estuvo a la vista de todos la noche del jueves, en espontáneas marchas reclamando contra la inseguridad en Necochea y Buenos Aires ¡¡¡basta de mentir, seguridad y respeto!!! Abucheos y rechiflas a los ministros, a la prensa y hasta la “ siliconada senadora”.
No alcanzaron todos los esfuerzos de quienes hablaban o presidían los actos para poner paños fríos, hasta ahora fueron gestos de repudio y palabras; al verbo sigue la acción y si se llega a ése punto nadie lo para.
Curiosa fue la presencia de un medio televisivo que se caracteriza por quedar bien con Dios y con el diablo y la doble cobertura de la misma por un serio periodista, responsable conductor de un informativo; Antonio Laje y un tal López conocido periodista provocador profesional: ese al que no mandan a cubrir la noticia sino a provocarla.
Cuidado! desde distintos ángulos he reiterado una opinión acerca de esto: no se juega con fuego y los sentimientos lo son.
Cuando se tensa la cuerda al punto que hoy se ha hecho en la Argentina, una circunstancia casual, accidental y baladí es capaz de transformar al pacífico ciudadano honesto y respetuoso del orden y de la ley, ese que precisamente se manifiesta reclamándolo, en la peor de las fieras carniceras; esa que, bueno es recordarlo, bien atada y controlada todos llevamos adentro.
No se debe acorralar a las fieras y la acorralan aquellos que amenazan sus instintos primarios como los que desde el otro lado y con el mayor ingenuo voluntarismo, las movilizan en pos de utópicas y delirantes soluciones basadas en leyes imposibles o en peticionar ante los peores ciegos y sordos, los que no quieren ver ni oír.
No he escuchado una sola voz contra el libre tráfico de droga en todo el territorio, imposible sin contar con la garantía y protección de quienes tienen la suma de poder y manejan a su arbitrio gobernadores, legisladores y magistrados.
Se engaña con el argumento que la liberación de delincuentes es producto de idealistas magistrados y funcionarios adscriptos a una teoría penal y no un criminal negocio del que participan abogados y magistrados. A estas alturas la ingenuidad o estupidez no es admisible.
Ya se olvidaron los argentinos, de los inocentes jóvenes idealistas que desencadenaron el más salvaje terror que asoló estas tierras, bajo un “gobierno democrático” ¿Cuántos se hicieron los distraídos y miraron para otro lado hasta que el péndulo llegó al límite y se desplazó hacia el otro lado? Es una ley física que no se puede evitar ni derogar, y como siempre después a quejarse de las consecuencias.
Todo lo que sube baja y lo que nace muere, salvo que nuestro delirio de soberbia pretenda modificar las leyes de la creación.
Argentina está en manos de una organización criminal con menores, marginales y drogadictos descerebrados, ejecutores y atildados profesionales y funcionarios que aseguran y garantizan el correcto funcionamiento del sistema; sin olvidar los analistas y deformadores de opinión, que interpretan la realidad torciendo el eje de la cuestión para que lleve agua a su molino.
En el pico máximo de indefensión cotidiana la solución parece pasar por desarmar a la sociedad civil, (Ver: "Debaten en el congreso un plan canje de armas en la sociedad") las fuerzas de seguridad y armadas ya fueron esterilizadas y encadenadas.
Prefieren morir con un hondazo en medio de los ojos o degollados, sea.
Le anticipo el resultado final de este proyecto de ley, del que ni se justifica ocuparse. Saldrán de circulación todas las armas obsoletas, en mal estado o sucias, se creerá un mercado negro y marginal de becas, alimentos etc, que financiará la adquisición de armamento nuevo “0 Km”, limpio, cuyas estrías no tenga registradas la policía; ya se sabe que a la hora de alquilar armas aquellas “limpias” tienen otro precio. ¡A renovar el arsenal el gobierno paga!
Desde el otro lado la solución parece pasar por disminuir la edad de la imputabilidad penal, esto es tan elemental y necesario que ni debiera mencionarse, pero es una ley de cumplimiento imposible en tanto no se construyan los establecimientos carcelarios que incluso sin esa ley son imprescindibles, en lugar de la “necesaria y urgente” autopista subterránea debajo de la 9 de Julio. Queda claro que la reasignación de partidas del presupuesto solo es para enviarlas al propio bolsillo.
¿Es posible ser optimista, con el zorro cuidando el gallinero, Al Capone y su familia administrando justicia y legislando?

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