Un vano reclamo que siempre se hace en la ventanilla equivocada o ante el que no tiene vela en el entierro ¿hipocresía o cobardía?
No la hubo, no la hay ni la habrá en tanto una delincuente sea la primer magistrado, su marido y patrón dueño del gobierno, su cómplice Jefe de Gabinete, nefastos personajes que se llaman Argibay Molina y Zaffaroni Ministros de la Corte de Justicia; los jueces federales sin excepción o Legisladores como Rossi, Picheto, Conti, Kunkel o Gil Lavedra, ratones que se esconden o mitómanas que denuncian los abusos del patrón ante el último peón. ¿Qué esperan, que lo pongan en el cepo, lo azoten y lo echen?
Si por casualidad ocurriese, saldrían de las cuevas chillando ¡gobernabilidad, estado de derecho!
No vienen buenos tiempos, lo lamento; a una desaparición sucede el vacío, que alguien va a llenar, frente nuestro se abren tres caminos: continúa la política de tierra arrasada y la disolución del país gota a gota; un baño de sangre y miseria que meta mucho miedo para que todos entren en cintura o aguantar el azote de lo que venga. No será injusto, es precisamente lo que hemos estado buscando y pidiendo de la mano de la “gente seria y responsable”
Los que candidatean y promocionan al menos malo para asegurar la continuidad de este ¿buen? sistema porque asegura la libertad ¿de qué?
A los despistados les recuerdo que en el Palacio de los Tribunales, Talcahuano 550 o en la Casa Rosada, Balcarce 50, esta la ventanilla correspondiente para reclamos. Peticionar a las autoridades responsables también es un derecho desde 1853.
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