octubre 21, 2010

EDUCACION, EL PELIGRO DEL s. XXI




Hay una nueva industria sin chimeneas: cientos de colegios, institutos, academias, cursos, seminarios y universidades formando profesionales, licenciados, doctores, técnicos o expertos en cuanta huevada se le ocurra; en si no es malo, pero lo de formando es en realidad una licencia literaria muy alejada de la realidad.
Tiene su razón de ser; multitudes de candidatos a acceder a un mercado saturado. El titulo, certificado o papeleta es lo único que habilita para poder tocar el timbre y entrar en el zaguán de la inclusión, único acceso al dorado palacio de las ilusiones: el éxito y la riqueza.
Se han acortado los plazos, del aprendiz al oficial y maestro había casi media vida, ahora de estudiante a profesor hay un paso, tiene su lógica, cuanto más burro sea el aspirante menos nivel necesita el maestro.
¿Cómo se llega a esto? Cada “experto” elabora complejas teorías económicas, sociológicas y culturales; en mi opinión es más simple.
La fiebre igualitaria contra natura por un lado y un perverso concepto de la democracia, que es religión universal por otro; de la mano de ambos el permanente vaciado de contenido de las palabras: educación no es instrucción, cada una tiene su objeto y necesariamente una precede a la otra.
Educar es dar normas de conducta y comportamiento; poner límites es su razón de ser ¿Por qué todos se quejan que falta educación al mismo tiempo que demuelen todos los límites?
Instruir es dar conocimientos y enseñar a adquirirlos, en esencia método.
Orden y disciplina no son antónimos de libertad, son precisamente la condición obligada para que pueda existir. Sólo los esclavistas liberticidas los eliminan., se llamen demócratas, socialistas o liberales, dicen que la mona aunque se vista de seda, mona queda.
¿Discurso esquizofrénico o hipócrita? Creo que mitad y mitad.
Paralelamente en todo en todo el mundo se restringen los presupuestos, la economía manda. Gracias Marx, Lenin y Engels por haber popularizado la idea.
Otra paradoja socialista, que forma elites y oligarquías excluyentes, porque imponer un duro ingreso selectivo para los mejores parece que es una discriminación de derecha en colisión con la igualdad democrática.
La solución ha sido sencilla, los conocimientos no importan, lo que vale es tener el boleto que acredita el pago del peaje.
Aprender lleva tiempo y cerebros permeables, dos materias primas que escasean, más vale implantar un microchip con miles de megabyte de argumentos, citas científicas, palabras propias del argot para demostrar pertenencia al círculo áulico y a la calle, que el mercado y la mala sociedad que prostituyen al hombre bueno de Rousseau se encarguen de depurar. Justicia social le llaman.
La lucha es feroz; economistas dirigiendo naciones o diseñando políticas mundiales, ingenieros manejando un taxi, ecologistas y sociólogos organizando el tráfico en las ciudades, delincuentes en los tribunales o a cargo de la seguridad, ratas de alcantarilla en las presidencias y gobernaciones, analfabetos en los parlamentos. Todos hablando su propia jerga y mirando con su ojo excluyente nadie se entiende.
Si le quedó alguna duda exprima estas líneas de acuerdo a su experiencia y llegará a una conclusión poco agradable: esta llamada educación terminará con la civilización que conocemos, no se si es bueno o si es malo, pero si se que es cierto y no hay alternativa.
Se también que los hombres siempre la encontraron, pero mi generación se esta yendo, esta y la que viene no son la mía; no los condicionemos más allá de los valores de siempre, dejemos que sean capaces de crear.
Si para algo servimos en esta vida ya lo llevan dentro, si la semilla era buena algún día florecerá.
Si usted es un joven lector atrapado por el engranaje, no se desilusione siga junte papelitos, es lo que sirve; por las suyas estudie y practique, mire, oiga y huela o se cae del sistema.
Solo le pido que conserve el suficiente criterio para saber que ese título solo es un boleto de entrada, no acredita nada que no sepa hacer otro que no lo curso, pero paso años haciéndolo.
No me pida soluciones, ni que diseñe una casa donde no voy a vivir en un mundo que nadie sabe como será. Para eso llame un arquitecto que además sea vidente. Personalmente mientras tenga tierra para apoyar los pies, aire para respirar y espacio sin cercados, en lo posible con árboles, praderas y mar para moverme libremente, poder cazar pescar y comer, me alcanza y sobra.
Solo nosotros somos lo únicos dementes que pretendemos conocer el pasado el presente y el futuro; verlo, recibir la corona de laureles y que nos dediquen un triunfo.
Pasó el tiempo, pero la humildad sigue siendo una virtud que cuesta y nos hace mejores, peores nos hacemos solos sin esfuerzo.

La materia pendiente

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