No son los Kirchner ni sus secuaces quienes me hartan, solo me irritan y me ponen de punta los pelos de la nuca. El hartazgo proviene de los que se empecinan en sostenerlos. Políticos, periodistas analistas y cualquier descerebrado con una cámara o micrófono a mano.
En eso estaba cuando como me ocurre con frecuencia vino la caballería al rescate, Esta vez el general Custer fue mi hijo Martín, que me envió una casi tierna historia.
Lea y piénselo: Cuentan que un joven cansado de buscar trabajo se sienta en el banco de una plaza al lado de un señor mayor. Comienzan a conversar de bueyes perdidos, el tiempo, la inseguridad, economía, política y el desorden general; naturalmente le llega el turno a la presidente.
El señor mayor le dice: Es como una tortuga haciendo equilibrio en la punta de un poste telefónico o de alumbrado.
El joven desconcertado por tan benévola comparación, le plantea sus dudas.
Es muy claro le contesta su interlocutor, imagínate ver una tortuga haciendo equilibrio en la punta de un poste.
Sabes que eso que ves no puede ser; no tienes duda que eso no puede estar ahí y que no pudo llegar sola donde está, alguien la puso; Tienes la absoluta certeza que allí no podrá hacer nada útil. Finalmente que es de incuestionable sentido común que si quieres a los animales y tienes buenos sentimientos debes bajarla o ayudarla a que se baje y en adelante impedir que algún criminal permita a un animal subirse donde no debe estar.
Moraleja: El orden es un lugar para cada cosa y que cada cosa debe estar en su lugar. La democracia, la república y el estado de derecho pueden ser muy lindos y servir para muchas otras cosas pero en esta son tortugas en un poste.
1 comentario:
Brillante!!
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