abril 09, 2010

ADMITEN ERROR AJENO Y OCULTAN EL PROPIO


El anunciado “súper miércoles” fue una simple estafa. Una cámara sin los senadores necesarios y la otra con muchos diputados distraídos, ingenuos e hipócritas.

Aconsejo la lectura del artículo de
Iván Ruiz en La Nación que sintetiza lo ocurrido, para aquellos que con muy buen criterio hayan decidido desintoxicarse de tanta canallada.

El pasado tres de diciembre se eligieron las autoridades del Congreso entre ellos con la bendición de Elisa Carrió al diputado mercenario oficial Fellner como presidente de los diputados. Vale la pena recordar las desafiantes palabras que Lilita dirigió a sus aliados.
“No hay que discutir la presidencia de la cámara que es intrascendente, hay que ir por el control de las comisiones,” ¡Ahora verán y conocerán a la Lilita que debate!

Afortunadamente no pudo hacerlo porque se olvidaron de pedir una prórroga en el tiempo de espera, SU presidente contó mal los presentes, el muy zorro hizo como que se olvidaba que no era una nueva sesión sino continuación de la anterior después de un cuarto intermedio y le levantó la sesión. Recordándole que el presidente de la cámara no es de papel pintado.

El resto de la oposición con la excepción individual de Patricia Bullrich, mudos o con balbuceos consintiendo el atropello en silencio.
Afortunadamente digo, porque esta siniestra autócrata, hubiese producido un desastre, funcional como ella dice, a la dictadura, tiranía o legítima presidente ¿Cómo era Carrió el calificativo que le cuadra?

24 horas después su amiga Cristina, a la que hay que sostener para siga profundizando hasta que concluya su mandato, le devolvió atenciones con un nuevo decreto de necesidad y urgencia (DNU) ejecutado sin ser publicado en el Boletín Oficial, que supera todo lo anterior. ¿Por qué no? si tiene impunidad garantizada por la “Catona” fiscal de la república, y sus socios radicales, socialistas y pro peronistas

Ahora dirán que no se le puede hacer juicio político y destituirla porque eso es lo que quiere.
Otra escandalosa y cobarde tolerancia preparó y desencadenó los años setenta de plomo que culminó con una cuasi guerra civil. Recorrer el mismo camino siempre lleva al mismo lugar.
Dios nos libre y los argentinos tengan memoria acerca de quienes son los verdaderos responsables.

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