Así piensan en Venezuela de su propio país y así pienso desde argentina del resto de América. Hispanoamérica se mantiene en una suerte de “Stand by” situación que no da para más porque en cualquier momento algo se sale de control y se inicia una reacción en cadena.
Todo a la espera de las elecciones del domingo que le dejen las manos libres a Chávez para avanzar en su delirio imperial. No se trata de un líder poco menos que invencible, capaz de dictar las políticas de todo un subcontinente, es la carencia de otro pensamiento capaz de enfrentarlo y que tras el, se han alineado todos los fracasados y derrotados movimientos revolucionarios que sembró en América le exportación de la revolución cubana, cuyas banderas nunca fueron arriadas. Se ocultaron y se reciclaron a la espera de tiempos mejores.
Sus argumentos y consignas se han consolidado por las torpes políticas de los EEUU y la ceguera de la derecha, la otra pinza de la revolución.
Mire dónde mire en todas partes hierve la leche: México, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Argentina, hasta los silencioso Chile y Paraguay donde el conflicto camina bajo tierra.
“Casualmente” todos con proyectos de “refundación” de sus naciones.
Podrá parecer reiterativo o monotemático el asunto, pasan otras cosas es cierto, pero lo que pase en América puede cambiar el eje de toda la geopolítica mundial, no vale el argumento que somos pobres e intrascendentes para el primer mundo, que lo es porque hay otro, nos necesitamos unos a otros.
La imagen que ilustra este artículo es casi un recordatorio para guardar en la memoria de una realidad que en pocas horas puede pertenecer al pasado, o si Dios lo quiere, siga siendo una realidad esperanzada por un cambio en los vientos de la historia.
Cambio que llegará sin duda mañana o pasado, viendo lo que hay, quienes hoy empuñan el “azote de Dios” tienen mucho trabajo pendiente. Cabe reflexionar por tanto, que por muy doloroso que sea, “no hay mal que por bien no venga”.
¿Qué espero para el 3 de diciembre? Que lo que tenga que ser sea; el eco del resultado va a restallar desde el Río Grande hasta la Antártida.
Tampoco tengo dudas que en Caracas ya está firmado el decreto que ordena el triunfo del dictador. De los Venezolanos depende que puedan mostrarlo o sea la sentencia de muerte del régimen.
El episodio ocurrido en México días pasados en que el candidato vencido se proclamó “públicamente” y “asumió la “presidencia legítima de México”, destituyendo de hecho a Felipe Calderón, presidente electo, en un acto claramente sedicioso ante el sepulcral silencio de todos los “democráticos respetuosos del sufragio” me plantea la duda acerca de que ocurriría en Venezuela si el lunes se proclamara otro legítimo presidente ¿se escuchará el mismo silencio o se denunciara un sucio golpe del diablo Bush?
Todo a la espera de las elecciones del domingo que le dejen las manos libres a Chávez para avanzar en su delirio imperial. No se trata de un líder poco menos que invencible, capaz de dictar las políticas de todo un subcontinente, es la carencia de otro pensamiento capaz de enfrentarlo y que tras el, se han alineado todos los fracasados y derrotados movimientos revolucionarios que sembró en América le exportación de la revolución cubana, cuyas banderas nunca fueron arriadas. Se ocultaron y se reciclaron a la espera de tiempos mejores.
Sus argumentos y consignas se han consolidado por las torpes políticas de los EEUU y la ceguera de la derecha, la otra pinza de la revolución.
Mire dónde mire en todas partes hierve la leche: México, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Argentina, hasta los silencioso Chile y Paraguay donde el conflicto camina bajo tierra.
“Casualmente” todos con proyectos de “refundación” de sus naciones.
Podrá parecer reiterativo o monotemático el asunto, pasan otras cosas es cierto, pero lo que pase en América puede cambiar el eje de toda la geopolítica mundial, no vale el argumento que somos pobres e intrascendentes para el primer mundo, que lo es porque hay otro, nos necesitamos unos a otros.
La imagen que ilustra este artículo es casi un recordatorio para guardar en la memoria de una realidad que en pocas horas puede pertenecer al pasado, o si Dios lo quiere, siga siendo una realidad esperanzada por un cambio en los vientos de la historia.
Cambio que llegará sin duda mañana o pasado, viendo lo que hay, quienes hoy empuñan el “azote de Dios” tienen mucho trabajo pendiente. Cabe reflexionar por tanto, que por muy doloroso que sea, “no hay mal que por bien no venga”.
¿Qué espero para el 3 de diciembre? Que lo que tenga que ser sea; el eco del resultado va a restallar desde el Río Grande hasta la Antártida.
Tampoco tengo dudas que en Caracas ya está firmado el decreto que ordena el triunfo del dictador. De los Venezolanos depende que puedan mostrarlo o sea la sentencia de muerte del régimen.
El episodio ocurrido en México días pasados en que el candidato vencido se proclamó “públicamente” y “asumió la “presidencia legítima de México”, destituyendo de hecho a Felipe Calderón, presidente electo, en un acto claramente sedicioso ante el sepulcral silencio de todos los “democráticos respetuosos del sufragio” me plantea la duda acerca de que ocurriría en Venezuela si el lunes se proclamara otro legítimo presidente ¿se escuchará el mismo silencio o se denunciara un sucio golpe del diablo Bush?
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