diciembre 13, 2006

La corriente del niño

Es un fenómeno conocido de muy antiguo, que se origina cíclicamente en el Pacífico y produce cambios climáticos en toda la tierra. Sus manifestaciones comienzan a sentirse en el sudeste de América del sur desde la Navidad, de allí su nombre.
Lluvias torrenciales, inundaciones y desmoronamiento de cerros coexisten con sequías.
Contra lo que ocurrió el año pasado en que el Atlántico estuvo hiperactivo y los huracanes se sucedieron sin pausa, en el 2006 las palmas se las lleva el Pacífico; sismos, volcanes, tifones etc.
Quienes estudian la cuestión preveen que podríamos estar en vísperas de un “Mega Niño”.
En Argentina salvo perdidas informaciones no se trata el tema, no se lo puede mencionar, pero en cambio si se recuerda cuantas veces se han perdido cosechas que hoy garantizan el mentiroso super hábit fiscal y las millonarias reservas, “que tenemos gracias a lo bien que se administra el país”.
Los anormales fenómenos climáticos ocurridos desde la primavera no permiten seguir mirando para otro lado.
En Bolivia ya hace varios meses que su prensa advierte sobre la posibilidad, casi semanalmente con profusión de datos y mapas de zonas que serían afectadas. La siguiente información pone en claro que en otras tierras no se juega con fuego
.
El niño 29/11 El diario Defensa Civil recibió ayer la donación de alimentos del Gobierno de Italia, a través del embajador Mauricio Zanini, con la finalidad de atender las necesidades alimenticias de familias que serían afectadas por los desastres del fenómeno “El Niño”.
El diplomático sostuvo que estos alimentos serán entregados a partir de mediados de enero de 2007, una vez que los productores bolivianos entreguen el stock adjudicado durante una licitación, velando por la calidad del producto.
La donación comprende 238.9 toneladas de arroz, 244.5 toneladas de azúcar, 252.1 toneladas de fideo, 897.2 toneladas de harina, 259 toneladas de maíz y 102.4 toneladas de aceite que estarán listos para su distribución en enero de 2007 a familias damnificadas en los departamentos de La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba y Santa Cruz.
Contra las fuerzas de la naturaleza no hay individualmente defensa. La prevención corresponde a ese estado que no existe, solo cabe advertir que lo grave no serán sequías, huracanes, granizo o inundaciones; lo verdaderamente grave serán sus consecuencias en lo económico y en el abastecimiento.
Parece hora de prever y no de derrochar, cada uno es libre de elegir.
Ver síntesis de prensa:

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