Es un hecho que nadie discute que el Poder Legislativo, actualmente es solo un mascarón de proa. Las mayorías regimentadas aplastan toda disidencia, en la práctica los debates y las comisiones son para consumo de las “barras bravas y del periodismo”. Tienen Quórum propio o lo compran, si falla están los “decretos de necesidad y urgencia.
¿Y el control del presupuesto? ¿Para que servía?
¿Cómo era una dictadura?
Las gobernaciones son lo mismo. Si alguien se retoba se le aplica el antiguo principio de nuestra campaña; “hasta la hacienda baguala cae al jagüel con la seca”.
Si esto es así, ¿a que elecciones? ¿Qué sentido práctico tiene un gobernador, senador o diputado?
¿Algún despistado pensará en el “efecto misiones”?
¿Cuál sería la diferencia si los opositores no pudiesen consagrar ni un candidato? ¿Cambiaría algo?
¿Y si lo hicieran, cuanto tardarían en saltar el alambrado?
Está a la vista que han comprado todo, no solo candidatos, legisladores electos y hasta casi partidos políticos enteros, sin contar empresarios, sindicalistas y dirigentes de toda laya.
Es la primera vez en mi vida que veo a tantos competir por nada.
Y para el final “las más tontas de todas” ¿Que se pierde con una masiva abstención? ¿Qué cambia con cortar todos los diálogos? Si saben todo y van hacer lo que quieran; si duda ahí está el campo. ¿O no es así, en todos los ámbitos? Comercio, industria, seguridad, educación, relaciones internacionales, justicia.
En las ciencias y en la investigación, hace tiempo que se sabe que la más tonta de las preguntas, suele encerrar el “quid” de la cuestión. Los americanos que son “lo práctico” lo han estudiado e implementado como rutina, cuando un equipo de científicos o investigadores se encuentran empantanados en un punto, introducen en el equipo alguien que no sepa nada de la cuestión, que tarde o temprano va hacer la” pregunta tonta” que haga la luz.
He formulado la última pregunta a muchos amigos y conocidos, la reacción fue casi unánime: abrir los ojos como platos y decir; ¿Estas loco? Eso es dejarles las manos libres para que hagan lo que quieran. Por respuesta hice otra pregunta: ¿Cuál es la diferencia? Mutis.
¿Cuántas veces perdiendo se gana o a la inversa, a lo Pirro, ganando se pierde todo?
Si no se puede o no es prudente ganar, el objetivo es no seguir perdiendo.
Si no hay República ni instituciones y se dialoga con sordos que todo lo saben ¿A que jugamos? ¿Esto se llama democracia o dictadura? La respuesta es importante, según cual sea, será la forma que cada uno se planta frente a ella.
¿Es vocación de suicidas, hablar con el que no escucha y ponerse en el papel de “cabeza de turco” para que descarguen todos los insultos y agresiones?
En la realidad creo que es la brutal desconfianza de todos no saber quien es quien y de que lado está, o la comodidad de jugar a la democracia que a nadie arriesga ni compromete, cosa de cobardes.
¿Y el control del presupuesto? ¿Para que servía?
¿Cómo era una dictadura?
Las gobernaciones son lo mismo. Si alguien se retoba se le aplica el antiguo principio de nuestra campaña; “hasta la hacienda baguala cae al jagüel con la seca”.
Si esto es así, ¿a que elecciones? ¿Qué sentido práctico tiene un gobernador, senador o diputado?
¿Algún despistado pensará en el “efecto misiones”?
¿Cuál sería la diferencia si los opositores no pudiesen consagrar ni un candidato? ¿Cambiaría algo?
¿Y si lo hicieran, cuanto tardarían en saltar el alambrado?
Está a la vista que han comprado todo, no solo candidatos, legisladores electos y hasta casi partidos políticos enteros, sin contar empresarios, sindicalistas y dirigentes de toda laya.
Es la primera vez en mi vida que veo a tantos competir por nada.
Y para el final “las más tontas de todas” ¿Que se pierde con una masiva abstención? ¿Qué cambia con cortar todos los diálogos? Si saben todo y van hacer lo que quieran; si duda ahí está el campo. ¿O no es así, en todos los ámbitos? Comercio, industria, seguridad, educación, relaciones internacionales, justicia.
En las ciencias y en la investigación, hace tiempo que se sabe que la más tonta de las preguntas, suele encerrar el “quid” de la cuestión. Los americanos que son “lo práctico” lo han estudiado e implementado como rutina, cuando un equipo de científicos o investigadores se encuentran empantanados en un punto, introducen en el equipo alguien que no sepa nada de la cuestión, que tarde o temprano va hacer la” pregunta tonta” que haga la luz.
He formulado la última pregunta a muchos amigos y conocidos, la reacción fue casi unánime: abrir los ojos como platos y decir; ¿Estas loco? Eso es dejarles las manos libres para que hagan lo que quieran. Por respuesta hice otra pregunta: ¿Cuál es la diferencia? Mutis.
¿Cuántas veces perdiendo se gana o a la inversa, a lo Pirro, ganando se pierde todo?
Si no se puede o no es prudente ganar, el objetivo es no seguir perdiendo.
Si no hay República ni instituciones y se dialoga con sordos que todo lo saben ¿A que jugamos? ¿Esto se llama democracia o dictadura? La respuesta es importante, según cual sea, será la forma que cada uno se planta frente a ella.
¿Es vocación de suicidas, hablar con el que no escucha y ponerse en el papel de “cabeza de turco” para que descarguen todos los insultos y agresiones?
En la realidad creo que es la brutal desconfianza de todos no saber quien es quien y de que lado está, o la comodidad de jugar a la democracia que a nadie arriesga ni compromete, cosa de cobardes.
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