Lamentablemente debe seguirse transitando la misma huella.
¿Es que ha desaparecido la capacidad de reflexión, el sentido de la ética y la moral?
Para ser claro, no me refiero a los directamente responsables de la inseguridad que jaquea a nuestra sociedad, acerca de ellos he escrito casi en exceso, sino a los que se manifiestan contra esta situación.
Los responsables de la inseguridad, está a la vista que nunca van a desprenderse de un recurso muy útil a la impunidad de sus formaciones especiales, a mantener el espectro del miedo y la parálisis del terror ( terrorismo oficial, en su más pura acepción), como herramienta política contra los indecisos o poco voluntariosos, e incluso como argumento para levantar opositores “a medida” o acostar a otros.
Si se busca seguridad hay que ir a quejarse a la ventanilla correspondiente y dirigirla “específicamente al responsable”.
Si la presencia en la calle molesta, pues a la calle a quejarse con todas las letras al responsable. Los eufemismos a estas alturas son recursos de cómplices y cobardes.
Utilizar hechos de sangre para obtener réditos de audiencia, ya que todo se limita al bajo recurso sensiblero sin aportar opinión, reflexiones o posibles soluciones es simplemente en el mejor de los casos una “comunicación amoral”.
Ni que decir si el motivo oculto es una operación de promoción política como todo lo hace pensar.
La fe y la confianza pública están en su punto más bajo y muy golpeadas para jugar con fuego.
Estamos por caer en la trampa de oponer a un personalismo tiránico y hegemónico otro personalismo ingenuo. Ambos pura pose, vacíos de contenido.
Como siempre la misma piedra en el camino: - saltemos alegremente al vacío detrás de esta nueva y brillante figurita de colores.-
Quede claro que se deben combatir las causas no las consecuencias y la inseguridad es consecuencia y herramienta de un personalismo tiránico, carente de todo principio y valor que no sea el propio beneficio.
Si se va a manifestar en defensa de la honestidad y responsabilidad, primero hay que serlo, ni las banderas se pueden levantar con las manos sucias, ni las lágrimas de cocodrilo limpian nada. Cada día queda más claro el porque de la tiranía y la facilidad con que avanza sin atributos intelectuales o personales sobre un medio poblado de alimañas cobardes y soberbios ambiciosos.
¿Es que ha desaparecido la capacidad de reflexión, el sentido de la ética y la moral?
Para ser claro, no me refiero a los directamente responsables de la inseguridad que jaquea a nuestra sociedad, acerca de ellos he escrito casi en exceso, sino a los que se manifiestan contra esta situación.
Los responsables de la inseguridad, está a la vista que nunca van a desprenderse de un recurso muy útil a la impunidad de sus formaciones especiales, a mantener el espectro del miedo y la parálisis del terror ( terrorismo oficial, en su más pura acepción), como herramienta política contra los indecisos o poco voluntariosos, e incluso como argumento para levantar opositores “a medida” o acostar a otros.
Si se busca seguridad hay que ir a quejarse a la ventanilla correspondiente y dirigirla “específicamente al responsable”.
Si la presencia en la calle molesta, pues a la calle a quejarse con todas las letras al responsable. Los eufemismos a estas alturas son recursos de cómplices y cobardes.
Utilizar hechos de sangre para obtener réditos de audiencia, ya que todo se limita al bajo recurso sensiblero sin aportar opinión, reflexiones o posibles soluciones es simplemente en el mejor de los casos una “comunicación amoral”.
Ni que decir si el motivo oculto es una operación de promoción política como todo lo hace pensar.
La fe y la confianza pública están en su punto más bajo y muy golpeadas para jugar con fuego.
Estamos por caer en la trampa de oponer a un personalismo tiránico y hegemónico otro personalismo ingenuo. Ambos pura pose, vacíos de contenido.
Como siempre la misma piedra en el camino: - saltemos alegremente al vacío detrás de esta nueva y brillante figurita de colores.-
Quede claro que se deben combatir las causas no las consecuencias y la inseguridad es consecuencia y herramienta de un personalismo tiránico, carente de todo principio y valor que no sea el propio beneficio.
Si se va a manifestar en defensa de la honestidad y responsabilidad, primero hay que serlo, ni las banderas se pueden levantar con las manos sucias, ni las lágrimas de cocodrilo limpian nada. Cada día queda más claro el porque de la tiranía y la facilidad con que avanza sin atributos intelectuales o personales sobre un medio poblado de alimañas cobardes y soberbios ambiciosos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario