Subyace a mi modo de ver en los acontecimientos que desangran Tierra Santa una cuestión que por lo regular no se toca, ¿ existe una “geopolítica de Dios”?
A nadie escapa que es un hecho que tanto para el Islam, los Israelitas y los Cristianos llegará un día en que la diáspora de Israel llegará a su fin y las doce tribus retornaran a la Tierra Prometida. Es también un hecho que el reducido espacio geográfico de Israel no puede dar cabida a la multitud de sus descendientes, sin pretender desentrañar los caminos de la Providencia. Ello esta en lo profundo de las creencias de las tres grandes religiones monoteístas del mundo, en rigor una sola en su origen y destino, aún cuando transiten el tiempo por caminos separados; quienes salieron de la misma casa para circunvalar el tiempo llegaran nuevamente al mismo lugar.
Es mi más absoluta convicción y siéndola, es la imagen con la que veo o interpreto el mundo y la historia.
Oponerse al plan del Supremo es escupir al cielo y condenarse al fracaso.
Una cosa es esta cosmovisión y muy otra son los medios que la harán posible. Sin lugar a dudas que es un trabajo de la Providencia en el que los humanos somos solo instrumentos, y no deja de asombrarme con que facilidad los instrumentos quieren ser protagonistas y decidir el cómo y el cuándo.
Esta opinión que hoy pareciera referida a esta nueva “cuestión judía” fue expuesta anteriormente en relación al Islam; credo religioso al que se pretende instalar como sinónimo de terrorismo, idea de la que muchos participan sin caer en la cuenta que están escupiendo al cielo. Todo ataque a uno de los tres credos monoteístas que son uno en Abraham y en las Sagradas escrituras y se separan en la interpretación de las mismas, es un ataque a todos.
No puedo apartar del pensamiento aquella frase de Plutarco que otras veces he citado por considerar que hoy tiene quizás una actualidad universal mucho mayor que los hechos que hace siglos la motivaron: “No cabe duda, en efecto, que la Divinidad utiliza a ciertos hombres con el fin de castigar la maldad de otros y hace de ellos en cierto modo unos carniceros ,antes de aniquilarlos”.
Hoy la cuestión pasa por una gigantesca operación de acción psicológica destinada a justificar la masacre del Líbano, que bueno es decirlo no se limita a bombas y misiles sino se complementa con un cerrado bloqueo a toda posibilidad de asistencia a heridos y sobrevivientes.
“Cualquier cosa que se haga con los fascistas terroristas islámicos (Busch dixit) es poco y esta justificado”.
Finalmente recuerdo que desde siempre “el hombre propone y Dios dispone”.
A nadie escapa que es un hecho que tanto para el Islam, los Israelitas y los Cristianos llegará un día en que la diáspora de Israel llegará a su fin y las doce tribus retornaran a la Tierra Prometida. Es también un hecho que el reducido espacio geográfico de Israel no puede dar cabida a la multitud de sus descendientes, sin pretender desentrañar los caminos de la Providencia. Ello esta en lo profundo de las creencias de las tres grandes religiones monoteístas del mundo, en rigor una sola en su origen y destino, aún cuando transiten el tiempo por caminos separados; quienes salieron de la misma casa para circunvalar el tiempo llegaran nuevamente al mismo lugar.
Es mi más absoluta convicción y siéndola, es la imagen con la que veo o interpreto el mundo y la historia.
Oponerse al plan del Supremo es escupir al cielo y condenarse al fracaso.
Una cosa es esta cosmovisión y muy otra son los medios que la harán posible. Sin lugar a dudas que es un trabajo de la Providencia en el que los humanos somos solo instrumentos, y no deja de asombrarme con que facilidad los instrumentos quieren ser protagonistas y decidir el cómo y el cuándo.
Esta opinión que hoy pareciera referida a esta nueva “cuestión judía” fue expuesta anteriormente en relación al Islam; credo religioso al que se pretende instalar como sinónimo de terrorismo, idea de la que muchos participan sin caer en la cuenta que están escupiendo al cielo. Todo ataque a uno de los tres credos monoteístas que son uno en Abraham y en las Sagradas escrituras y se separan en la interpretación de las mismas, es un ataque a todos.
No puedo apartar del pensamiento aquella frase de Plutarco que otras veces he citado por considerar que hoy tiene quizás una actualidad universal mucho mayor que los hechos que hace siglos la motivaron: “No cabe duda, en efecto, que la Divinidad utiliza a ciertos hombres con el fin de castigar la maldad de otros y hace de ellos en cierto modo unos carniceros ,antes de aniquilarlos”.
Hoy la cuestión pasa por una gigantesca operación de acción psicológica destinada a justificar la masacre del Líbano, que bueno es decirlo no se limita a bombas y misiles sino se complementa con un cerrado bloqueo a toda posibilidad de asistencia a heridos y sobrevivientes.
“Cualquier cosa que se haga con los fascistas terroristas islámicos (Busch dixit) es poco y esta justificado”.
Finalmente recuerdo que desde siempre “el hombre propone y Dios dispone”.
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