mayo 29, 2006

Crónica del 25

He tenido el privilegio de conocer muchas plazas. Unas escuchándolas, otras viéndolas por TV y algunas personalmente. Recuerdo aquellas de la dictadura peronista, la del “por cada uno de los nuestros que caiga, caerán siete de los de ellos” cuando recomendaba a sus seguidores llevar alambre de enfardar para colgar a sus opositores. Recuerdo la asunción del General Lonardi, triunfante luego de la Revolución Libertadora, la Plaza de Malvinas y tantas otras. En todas por una causa u otra, a favor o en contra había fuego, vida, adhesión, entusiasmo, mientras que ésta fue la Plaza de los “pechos fríos”. No dijo nada que no fueran las aburridas mentiras cotidianas. Fue sin duda la primer plaza del silencio; una plaza de turistas, en la que nadie se privo de los beneficios del transporte gratis, comida y el fin de semana largo para visitar a los parientes. Hasta los violentos de uno y otro lado demostraron que se mueven a demanda, ausentes o callados y bien mimetizados.
Sinceramente y con perdón de la expresión; una plaza al pedo.
Ejemplo del pluralismo y tolerancia a la que convoca (¿?), fue el palco oficial: una homogénea asistencia de los más granados representantes del odio y el resentimiento oficial.
Se convoca a la unidad de todos y simultáneamente lo que era pertenencia de todos se proclama propiedad de algunos.
Lo escribí muchas veces; se acabó el tiempo de los ingenuos, comprensivos y grises, es luz o tinieblas, es verdad o mentira, cada uno tiene el derecho de ubicarse donde quiera y la obligación de aguantarse las consecuencias.
Hubo un solo párrafo que preanuncia lo que viene, se lo podía haber ahorrado pero está muy a la vista, “se profundizará la transformación”.
Cuando este río suena es porque viene avalancha.
Junto al artículo de hoy, publico esta carta a la que no puedo agregar ni quitarle nada. Identifica claramente el porqué y contra quien va dirigido este nuevo vómito de odio.

INDIGNACION POR CIERRE DE LICEOS MILITARES

Sr. Director
Me sorprendí al ver vuestra portada del día 23 del corriente y el proyecto de la Ministra de Defensa de eliminar los liceos militares. La Nación fue el único diario que le dio la importancia que merece el tema. No quiero perder espacio escribiendo sobre los atropellos, insolencias, presos políticos y otros tratos que padecen hoy quienes dieron o están dispuestos a dar su sangre en defensa de la Patria y que tienen el honor de portar un uniforme o haberlo hecho como nuestros veteranos de Malvinas.
Me exasperó esta medida, ya que prueba una vez más que utilizan nuestra sagrada democracia, que tanto costó lograr, para manejar el país como si fuera su quinta. He leído “no estamos de acuerdo con el régimen castrense en la educación secundaria”, pues muy simple, no inscriban a sus hijos en un liceo militar… pero no me impidan a mí hacerlo. No es sorprendente esta actitud y resuenan aún las palabras del Diputado Bonasso cuando se le preguntó porqué objetaban que alguien a quien votaron democráticamente más de 400 mil ciudadanos “libres” asuma su banca, la respuesta fue “estamos acá para corregir eso”. No creo que yo votaría a Patti, pero creo en Dios, y estoy seguro que no es Bonasso. Vivo y defiendo la democracia, que se basa en el voto popular y en pro de la libertad. Libertad es poder elegir. En este caso mi derecho no afecta a nadie más, no es un piquete de mi derecho a manifestarme que impide a otros ejercer su derecho de circular libremente, quiero poder elegir enviar o no a mi hijo a una escuela que supera la media en nivel académico, que brinda disciplina y espíritu de equipo, donde como en la vida misma, existen premios y castigos y no es fácil permanecer porque busca la excelencia. El argumento de la Ministra es pobre, ya se autofinancian, me pregunto ¿porqué lo hacen?
¿Responderá esto a un plan de masificación mental y moral del país, para poder manejarlos mejor con bolsones de comida y electrodomésticos? ¿Seguiremos con el escandaloso porcentaje de aplazos en los exámenes de ingreso a las universidades, que un día fueron reconocidas a nivel mundial y hoy manejan la elección de un decano cuatro gatos locos violentos y politizados? Creo que destruyen una buena educación sin haber hecho absolutamente nada por mejorar la educación común, en un país donde han pasado de grado miles de alumnos que no aprendieron nada, por decreto de un gobernador. ¿Cancelan escuelas donde no hay huelgas????. Porque son escuelas, no regimientos.
No se puede pedir que miren los países democráticos en serio, Francia, Estados Unidos. Alemania que fue refundada tres veces utilizando de base las Kadeten Schule, lean historia, los cadetes impidieron la caída del Alcázar de Toledo en la Guerra Civil Española, salvaron el honor del ejército polaco cargando con caballos y a lanza los tanques alemanes en la Segunda Guerra Mundial, es mucho más que un simple secundario. Es algo que no se puede escribir, y no debería poder matarse con una simple firma de un cargo pasajero, son décadas de historia.
Ser liceano es templar el espíritu en el bien, es solidaridad, compañerismo, equipo, todos para uno y uno para todos. Existen desde hace siglos, D´Artagnan llega a París a la Escuela de los Cadetes de Gasconia. Es un modelo de educación exitoso en todo el mundo. Ser cadete no es necesariamente ser militar, y ser militar no es necesariamente ser malo.
De los egresados de los liceos, sólo una mínima parte sigue la carrera militar, son civiles, ciudadanos comunes y conforman, además de la Reserva de oficiales de las fuerzas armadas, a quienes dicho sea de paso muchos países han tenido que apelar a lo largo de la historia cuando las papas quemaron, conforman decía, un nexo entre la sociedad y lo castrense, ayudan a construir un futuro igualitario, sin hemiplejías malintencionadas ni vinagre en las heridas.
Los cadetes argentinos trabajan en todo el mundo, dan trabajo a muchas personas y hasta han sido Presidentes de la Nación Argentina, quizás no han sido los mejores… Pero no tiene más que mirar el estado del país y comprenderá la Ministra que en general los mejores en nada se dedican a la función pública.
Como egresado de un Liceo Militar, lamentaría mucho que otros no puedan disfrutar y experimentar, en una edad de formación que es cada vez más crítica en nuestra sociedad, las cosas que hemos vivido mis compañeros y yo, las buenas y las malas, que nos dieron herramientas para enfrentar mejor los desafíos de la vida y forjaron nuestro carácter, momentos imborrables y lazos que desafían el tiempo, las distancias… y los Ministros.
Los liceos como instituciones, están totalmente identificados con el lugar donde se asientan, forman una parte importante de la sociedad y en muchos lugares, sobre todo en el interior del país, son la mejor opción educativa para los padres. Lamento desencantar a la Ministra, pero al eliminarlos no agrede Usted a las Fuerzas Armadas como es su intención, sino a la Sociedad. Puntualmente a muchos padres que pretenden una mejor formación académica para sus hijos.
En la carrera por el voto fácil están arruinando el país, matan el campo, matan la industria y matan instituciones útiles, positivas e históricas.
Si la señora Ministro se quedó en el tiempo y persiste en la vieja idea montonera de asesinar a todo quien osare pensar distinto y sea leal a su Patria, que tenga a bien reservar una bala para mí. Su proyecto de eliminar los liceos militares me parecería, como librepensador y ciudadano, una atroz equivocación. Eso sólo si pensara que tiene Usted buenas intenciones.


Jerónimo Lagier
DNI 22090224
8ª Promoción
Liceo Naval Militar Alte. Storni
Candelaria - Misiones

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