septiembre 12, 2010

A NUEVE AÑOS DEL 11 S




Habiendo pasado tiempo y ríos de tinta ocupándose del asunto y no habiendo tocado nunca el tema, salvo incidental y circunstancialmente es hora de ocuparse de ello.

Decir que el tiempo lo ha despojado de sentimientos y pasiones por lo que la objetividad y el frío análisis prevalecen, sería una mentira; a partir de ese día se sensibilizaron los sentimientos, e incendiaron las pasiones.

He visto en estos días un compacto de filmaciones del hecho. Solo imágenes, declaraciones y reportajes breves en las calles, algo muy distinto a los cientos de unitarios en los que sobre las imágenes se montan mini novelas de sensibleros casos personales, el que se demoró porque fue a una farmacia, el que se entretuvo en un café, el que llegó y volvió a salir a comprar bollos.
Me impactó como nunca antes, la reacción de la gente, dando vueltas sin sentido, asombrada ante lo increíble.
Nadie se iba porque no tiene sentido salir de un lugar donde ya pasó y uno está vivo y sano, para ir otro donde puede estar todo por pasar; dirigidos por autoridades que no saben que ocurre.

Si debiera calificar el hecho por sus resultados no vacilo en afirmar que debiera figurar entre los más perfectos episodios bélicos de la historia. Los groseros errores cometidos en su desarrollo obligan a sospechar que no debe ser tan así. ¿Que sentido tiene por ejemplo respetar la vida del pasaje y permitir comunicaciones cuando se los iba a sacrificar a todos minutos después?

Pasadas dos horas nadie creía en nadie, porque no había autoridad y las que estaban ignoraban todo. El espacio aéreo de USA parecía ser zona liberada. No había información ni capacidad de prevención o respuesta. Una torre, otra torre, el pentágono. No fue un golpe fueron una sucesión casi cronometrada de ellos.

Hoy percibo un manojo de posiciones; 1º Los que por razones políticas e ideológicas sostienen la teoría del auto atentado; 2º Los que sin decirlo la sospechan, 3º Los que por la misma razón de los primeros, niegan todas las legítimas dudas, conocen la génesis, autoría y culpabilidad de los ejecutores y finalmente 4º los que miran para otro lado no se preguntan ni se responden.
Están los cuerpos del delito, están los testigos, filmaciones y cientos de horas de grabaciones, están las consecuencias y políticas implementadas a partir del hecho. La doctrina de la guerra preventiva es una de ellas. Solo faltan curiosamente los detenidos y culpables.

Salvando abismales diferencias conocemos en argentina como desaparecen, mueren o se suicidan gentes que saben lo que no debe ser dicho. Poco después España, el 11M en Atocha reproduciría dramas que curiosamente se identifican en su consecuencia: pérdida de confianza; que no pueden restablecer ni el desmadre político de Zapatero ni las aventuras bélico-policiales de Busch en Kuwait, Irak y Afganistán.

Vale por tanto conocer el artículo publicado por el Confidencial de hoy, a quien no se puede imputar de extremista de ningún color y comprobar como en los EE.UU. se saca la fecha del eje para instalar un absurdo conflicto sobre la construcción de una mezquita o darle prensa a un demente, que muy casualmente es un pastor cristiano, que propone quemar al Corán. ¿A santo de qué una mezquita precisamente en ese lugar y la quema? Para crear dividisiones, enfrentar y dar todo lo ocurrido por resuelto con certeza.

Cosa veredes Sancho…

En nueve años de controles, bases de datos de sospechosos y presuntos sospechosos, FBI, CIA, ATS, DEA, Inteligencia militar x 3, cientos de agencias y miles de ojos y escuchas en la tierra y en el espacio, nada se aclara y todo obscurece. Si esto ocurre en un país que antepone a todo la relación costo/beneficio ¿Qué queda para los otros?

Si de dudar se trata, quizás hubo cosas más graves que tapar como la incapacidad ejecutiva y la absoluta carencia de prevención y respuesta de la mayor potencia militar que gasta incontables millones solo para enriquecer políticos y contratistas, que la demolición de dos ordinarios mamarrachos de cemento que solo pueden representar el mal gusto norteamericano.

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