Para usar términos modernos, me sabía reaccionario en lo político, contra las nuevas tendencias. Algo mejor que ser conservador de lo que ya ha fracasado.
Sorpresivamente descubro que estoy incluido en los reaccionarios gastronómicos; otro tema que me apasionada.
Una buena mesa, una mejor hembra, un buen reino absoluto y muchos malos enemigos, serían los coherentes componentes obligados de mi paraíso. Si todos viven en el mundo de la fantasía política y gastronómica, permítame lector entrar un instante en mi fantasía celestial.
Silvina Becar Varela en La Nación y Víctor de la Serna en El Mundo de España, coinciden el domingo en los artículos sobre la cuestión.
Es conveniente beber de las mismas fuentes.
¿A dónde va la gastronomía?
“Reaccionarios en la cocina” y charlatanes.
Sorpresivamente descubro que estoy incluido en los reaccionarios gastronómicos; otro tema que me apasionada.
Una buena mesa, una mejor hembra, un buen reino absoluto y muchos malos enemigos, serían los coherentes componentes obligados de mi paraíso. Si todos viven en el mundo de la fantasía política y gastronómica, permítame lector entrar un instante en mi fantasía celestial.
Silvina Becar Varela en La Nación y Víctor de la Serna en El Mundo de España, coinciden el domingo en los artículos sobre la cuestión.
Es conveniente beber de las mismas fuentes.
¿A dónde va la gastronomía?
“Reaccionarios en la cocina” y charlatanes.
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