Como en todo, el país esta dividido.
Por fuera unos aterrorizados y otros, porque no pasa nada y son todos inventos, lo toman a la chacota. La risa y la burla es la manifestación de estos y la obsesión, guantes y barbijos la de aquellos.
Por dentro todos neurotizados, exhibiendo actitudes absurdas de la mano de una información mentirosa y una prevención dolosamente irresponsable; análisis que no se hacen, demoras en resultados que invalidan todo. Colegios que se cierran o se abren, gente que circula enferma.
La fatal combinación de una epidemia y una campaña electoral donde todo sirve y se usa, en manos de ignorantes e irresponsable que no tienen límites, habilita todas las dudas y sospechas.
Todos parecen ignorar que ante enfermedades infecciosas hay una sola medida válida: aislarse y aislarse significa no salir de la casa sin necesidad imperiosa y no recibir a los de afuera. Por supuesto que es incómodo y molesta, pero es más llevadero que cargar en la conciencia haber sido el propagador del mal o la muerte de otro.
Presumir en base a nada el genio de una epidemia es de supinos ignorantes.
Decretar a quien se atiende y a quien no, de acuerdo a los parámetros que establece una licenciada en arte encargada de la salud pública y sus asesores; si tal es la idoneidad de la cabeza puede presumirse lo que está debajo. Es sencillamente criminal ¿abandono de personas le llama el código?
Culturalmente dependientes de la pastilla milagrosa que cura en 24 hs. se olvidó que gripes, hepatitis y otras solo se curan entre dos sabanas y que toda enfermedad sin tratamiento específico es un proceso que exige respetar sus tiempos de evolución de donde mejoría no es curación.
Fulano no se preocupa porque es grande y sano pero fulano se la va a pegar a otro que está, sabiéndolo o no, en el grupo de riesgo.
A la hora de cumpleaños, reuniones y espectáculos nadie se priva.
Como siempre también la irresponsabilidad está en la base.
Si como puede presumirse la difusión pasa del sector de los viajeros al exterior a los de infantería que solo viajan en transportes públicos amontonados como ganado, la sorpresa será mayúscula y los daños colaterales infinitos.
No es la pretensión echar leña sensacionalista al fuego, solo apelar a esa solidaridad social y responsabilidad personal que todos presumen tener.
Increible,cortados por la misma tijera, leen el diario y hacen medicina.
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