noviembre 13, 2007

Un rey en medio de un entregador y un provocador profesional

Ante un falso conflicto internacional (Uruguay-Argentina) que en rigor desde el comienzo fue una mediática cuestión para consumo político interno, particularmente desde el lado argentino; el canciller de España Moratinos, conocido como “Desatinos” en su tierra, involucra por cuenta y orden de Rodríguez Zapatero al Rey como “facilitador” de una solución que estaba sometida al Tribunal Internacional de La Haya. En política Internacional un desatino sin precedentes. No es posible facilitar la solución de un problema fabricado artificialmente y que periódicamente uno de los involucrados fogonea para mantenerlo candente.
A mayor abundamiento, España mantiene una situación de conflictividad permanente con los gobiernos de ambos países, más allá de hipócritas declaraciones y besamanos. En el terreno económico, los intereses de las “dice qué empresas españolas” con Argentina (gas, petróleo y aeronavegación) y en el terreno político con ambos países, entre el declamado antiterrorismo del PSOE y el nido de Etarras en el Uruguay, hoy parte del gobierno del Frente Amplio de Tabaré más los funcionarios y asesores presidenciales subversivos terroristas de argentina, incluidos los dos últimos cancilleres, Bielsa, Taiana y el actual Embajador Bettini.
Simultáneamente los personeros del gobierno español no han dejado de incursionar en todos los puntos calientes de Hispanoamérica; Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia al servicio del dictador vitalicio Bolivariano- venta de patrulleras oceánicas o “fragatas de uso civil”, aviones, etc.
Como se ve una típica tragedia griega, todos los actores con dos máscaras. En sus políticas internas todos por la misma ruta, el mismo discurso de memoria hemipléjica, paralelo enfrentamiento con la Iglesia e idéntico proyecto sobre la imposición de instrucción ideológica de los jóvenes por sobre el derecho de los padres.
En España para su gobierno, digámoslo de una vez: hay alguien que jode, y ése es el Rey, más allá de su persona o que represente una forma de gobierno monárquica, molesta porque es el símbolo de la permanencia y continuidad del Estado, del concepto de unidad de España, muralla contra la que se estrellan, más allá de la letra escrita de normas constitucionales y Pactos de La Moncloa el suicido autonomista y segregacionista de los nacionalismo regionales.
Hace meses que simultáneamente se multiplican los cuestionamientos y ataques personales tanto al Rey como a su heredero el Príncipe de Asturias.
Estando todo cocinado, solo faltaba servir en la fuente al “Pato de la Boda”
La cumbre de Santiago de Chile era la ocasión pintada con todos los gestores presentes y un público indigenista “originario”, ansioso de devorar corazones de monarcas españoles. La presencia en Santiago de una delegación de Asambleístas, piqueteros, que bloquean los pasos entre Argentina y Uruguay, motivo oficial por el que el gobierno uruguayo se niega a dialogar con el argentino, bajo presión; era pública hace meses y conocida por los embajadores y el gobierno de España, una razón más que hacía imprudente la presencia del Rey.
Todo armado del principio al final; intervención de Zapatero con defensa de Aznar incluida, dándole letra a un matón profesional. La actitud correcta si tenía algo que aclarar era una declaración oficial por fuera y no buscar un debate improcedente con un provocador que estaba buscando roña, teniendo entre ambos al Rey.
Dejando de lado las circunstanciales y políticas declaraciones que cosechen unos y otros por su intervención o actitud en el vergonzoso episodio, la imagen pública de Don Juan Carlos quedó en entredicho, precisamente en un año que viene muy golpeado; ante la complicidad o el silencio de su jefe de gobierno, que expuso a su Rey en medio de una pelea callejera, que buscó expresamente. Los “bambis” sonrientes no tienen un pelo de idiotas y si son socialistas no dan puntada sin hilo.
Juan Carlos I es Rey de España por obra y gracia del Alzamiento Nacional, por decisión de Francisco Franco y aprobación de los españoles, esa parte de la historia sobre la que Rodríguez Zapatero decretó una “damnatio memoriae” en castellano vulgaris: memoria hemipléjica o en español memoria histórica (¡)
Dijo en Chile: ¿Por qué no te callas? Será la hora de decir en casa ¿Por qué no dejas de reír y hacerte el idiota? Es cuestión de hígados. No hace diferencia que la cabeza ruede hoy o mañana.


1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Hombre! así se escribe, en castellano y con todas las letras

Tengo que aceptar algo que me dijo un amigo: en Argentina vive oculta la España profunda.