Giró el horizonte y todo se dio vuelta, los que hicieron de la memoria (odio y venganza) una consigna, y del enfrentamiento una divisa, reclamarán concordia en nombre del supremo interés de la unión nacional (amnesia para la impunidad). Dejar de mirar atrás y volver los ojos al futuro (barrer la tierra bajo la alfombra)
Los que hicieron del saqueo y la violación una norma de conducta hoy reclamaran en nombre de la Patria (sus intereses) respeto y olvido, porque somos todos argentinos ¡falso! hay argentinos que se aferran a su patria e invasores (okupas) que pretenden hacer en tierra ajena su nuevo país A no olvidarlo, solo a partir de la verdad se puede hacer justicia, no puede haber concordia mientras están demoliendo nuestra casa y rugiendo de odio.
Los que son ateos y denostaron la religión invocarán la caridad cristiana, que si esta en conflicto con la verdad y la justicia, no es caridad ni es cristiana.
Ensalzarán la libertad económica, los que le pusieron todas las cadenas, al punto de atribuirse el derecho de fijar márgenes de utilidades a productores y comerciantes o juzgar quienes no pueden quejarse ”porque han ganado mucho”
Reclamarán una nueva Constitución, en nombre de la “calidad institucional” para no tener que violarla; si señor como está literalmente escrito; su perversión e hipocresía no reconoce límites. ¿Cuántos ingenuos, se prenderán de la seductora idea, de reformar el mamarracho vigente?
En este punto como nunca es cierto, que más vale malo conocido que bueno por conocer. Porque la verdad, no se trata de corregir lo que está mal, sino abrir la puerta para “institucionalizar una ideología” para que nunca haya marcha atrás o se pueda gobernar por fuera de ella. Lea si el hígado se lo permite, los diarios de sesiones, los proyectos de ley presentados y aprobados en estos años, son un test del cociente intelectual de los futuros convencionales. Argumente si gusta que pueda ser una reforma acotada, siéntese y espere que se “declare soberana” Si le parece flojo mi argumento, mire hacia Bolivia, Ecuador y Venezuela. Si somos compatriotas, por el amor de Dios, recuerde, que se clausuró una época; no hay más lugar para improvisaciones y voluntarismos. Grises, ingenuos y buenudos ponen en serio riesgo lo que es ya una vital cuestión de supervivencia.
Por sorprendente que parezca, ésta idea la instalarán los “dice que” republicanos, respetuosos de las instituciones y la transformará en “consigna la tiranía de facto”: Una constitución para el nuevo país
Son consignas, no expresan ideas. Todas sus palabras tienen un significado distinto del que expresan o son términos vaciados de contenido y rellenos de mentira.
Convocamos a todos, (menos a los “soberbios porteños, que se creen una isla”, primero que hagan “autocrítica maoísta” y cuando agachen la cabeza, veremos)
En esta semana he leído con asombro varios artículos de autores no precisamente adeptos a la tiranía, insinuando la conveniencia de terminar con el engendro constitucional del Pacto de Olivos, a través de complicadas sendas jurídicas para volver a la Constitución de l853. Lógicamente Convención reformadora mediante.
Como el mal es la ausencia del bien, el error es la ausencia de la verdad, sea por deformación u ocultamiento. La precisión del idioma, es una obligación sagrada en esta hora. No es prudente lanzar ideas al aire, que solo deben ser tratadas en ámbitos reservados de quienes tienen formación y experiencia en la materia; por el sólo hecho de parecer originales. Cuando se transita al borde del precipicio la prudencia es norma obligada. Incluso sabias propuestas de restaurar nuestras instituciones, en la práctica pueden convertirse en funestas. No vivimos en un Estado de Derecho, ni se habla el mismo idioma.
(*) Consigna.
(De consignar).
1. f. En agrupaciones políticas, sindicales, etc., orden que una persona u organismo dirigente da a los subordinados o afiliados.
2. f. En las estaciones de ferrocarril, aeropuertos, etc., local en que los viajeros depositan temporalmente equipajes, paquetes, etc.
3. f. Mil. Órdenes que se dan a quien manda un puesto, y las que este manda observar al centinela.
¿Queda claro? No es pensamiento ni idea, es una orden.
Los que hicieron del saqueo y la violación una norma de conducta hoy reclamaran en nombre de la Patria (sus intereses) respeto y olvido, porque somos todos argentinos ¡falso! hay argentinos que se aferran a su patria e invasores (okupas) que pretenden hacer en tierra ajena su nuevo país A no olvidarlo, solo a partir de la verdad se puede hacer justicia, no puede haber concordia mientras están demoliendo nuestra casa y rugiendo de odio.
Los que son ateos y denostaron la religión invocarán la caridad cristiana, que si esta en conflicto con la verdad y la justicia, no es caridad ni es cristiana.
Ensalzarán la libertad económica, los que le pusieron todas las cadenas, al punto de atribuirse el derecho de fijar márgenes de utilidades a productores y comerciantes o juzgar quienes no pueden quejarse ”porque han ganado mucho”
Reclamarán una nueva Constitución, en nombre de la “calidad institucional” para no tener que violarla; si señor como está literalmente escrito; su perversión e hipocresía no reconoce límites. ¿Cuántos ingenuos, se prenderán de la seductora idea, de reformar el mamarracho vigente?
En este punto como nunca es cierto, que más vale malo conocido que bueno por conocer. Porque la verdad, no se trata de corregir lo que está mal, sino abrir la puerta para “institucionalizar una ideología” para que nunca haya marcha atrás o se pueda gobernar por fuera de ella. Lea si el hígado se lo permite, los diarios de sesiones, los proyectos de ley presentados y aprobados en estos años, son un test del cociente intelectual de los futuros convencionales. Argumente si gusta que pueda ser una reforma acotada, siéntese y espere que se “declare soberana” Si le parece flojo mi argumento, mire hacia Bolivia, Ecuador y Venezuela. Si somos compatriotas, por el amor de Dios, recuerde, que se clausuró una época; no hay más lugar para improvisaciones y voluntarismos. Grises, ingenuos y buenudos ponen en serio riesgo lo que es ya una vital cuestión de supervivencia.
Por sorprendente que parezca, ésta idea la instalarán los “dice que” republicanos, respetuosos de las instituciones y la transformará en “consigna la tiranía de facto”: Una constitución para el nuevo país
Son consignas, no expresan ideas. Todas sus palabras tienen un significado distinto del que expresan o son términos vaciados de contenido y rellenos de mentira.
Convocamos a todos, (menos a los “soberbios porteños, que se creen una isla”, primero que hagan “autocrítica maoísta” y cuando agachen la cabeza, veremos)
En esta semana he leído con asombro varios artículos de autores no precisamente adeptos a la tiranía, insinuando la conveniencia de terminar con el engendro constitucional del Pacto de Olivos, a través de complicadas sendas jurídicas para volver a la Constitución de l853. Lógicamente Convención reformadora mediante.
Como el mal es la ausencia del bien, el error es la ausencia de la verdad, sea por deformación u ocultamiento. La precisión del idioma, es una obligación sagrada en esta hora. No es prudente lanzar ideas al aire, que solo deben ser tratadas en ámbitos reservados de quienes tienen formación y experiencia en la materia; por el sólo hecho de parecer originales. Cuando se transita al borde del precipicio la prudencia es norma obligada. Incluso sabias propuestas de restaurar nuestras instituciones, en la práctica pueden convertirse en funestas. No vivimos en un Estado de Derecho, ni se habla el mismo idioma.
(*) Consigna.
(De consignar).
1. f. En agrupaciones políticas, sindicales, etc., orden que una persona u organismo dirigente da a los subordinados o afiliados.
2. f. En las estaciones de ferrocarril, aeropuertos, etc., local en que los viajeros depositan temporalmente equipajes, paquetes, etc.
3. f. Mil. Órdenes que se dan a quien manda un puesto, y las que este manda observar al centinela.
¿Queda claro? No es pensamiento ni idea, es una orden.
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