El Bastón de Mando, representa un símbolo del cargo que inviste el Primer Magistrado de la Nación, simboliza el Poder y la Autoridad que la Patria, la Constitución, las leyes y al pueblo argentino, han puesto en manos de su Presidente que es de todos para que gobierne la Nación en orden al bien común y defienda la independencia y soberanía de la tierra de los argentinos. Sólo le pertenece después de haber prestado juramento y si le queda en propiedad es porque a partir de la asunción de un nuevo Presidente, pasa a ser un recuerdo carente de significado. Al punto que si ejerciera nuevamente el cargo, recibirá un nuevo Bastón.
El público desprecio mostrado en ocasión de asumir el cargo, no es un hecho anecdótico, lo acaba de reiterar con alevosía y premeditación (filmación y foto incluidas) dejando su marca personal en un símbolo de la Nación, precisamente el que representa la Autoridad y el Poder.
Todo una definición. Un Bastón mancillado carece de simbolismo y no representa nada. Un verdadero acto fallido por ser livianos. Porque quien carecerá de los atributos del mando, es porque carece de la legitimidad que lo certifique.
El público desprecio mostrado en ocasión de asumir el cargo, no es un hecho anecdótico, lo acaba de reiterar con alevosía y premeditación (filmación y foto incluidas) dejando su marca personal en un símbolo de la Nación, precisamente el que representa la Autoridad y el Poder.
Todo una definición. Un Bastón mancillado carece de simbolismo y no representa nada. Un verdadero acto fallido por ser livianos. Porque quien carecerá de los atributos del mando, es porque carece de la legitimidad que lo certifique.
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