noviembre 20, 2007

El cincel y la estatua - El pincel y el cuadro - ¿Herramientas o producto terminado?


Indudablemente un título complicado para una cuestión muy compleja, que a más de uno le quedará atragantada.
¿Hacia una sociedad igualitaria mediante la abolición de la libertad de elegir o distinguirse; por la fuerza de un sistema político tiránico y totalitario o mediante la imposición social de hábitos, valores y costumbres del modernismo consumista? Dos herramientas, un producto final
En este arcaico propósito de enmendarle la plana al Creador, diseñando una sociedad buena y perfecta; las herramientas son cientos, una para cada cultura, momento y lugar, producto terminado uno solo: la sociedad perfecta de los comunes e iguales
La opinión estuvo explícita o implícita en cientos de artículos anteriores a veces bajo formas figurativas, la rueda de La Revolución empujada tanto desde la derecha como la izquierda, las dos pinzas del cangrejo (derecha e izquierda) La caída del muro de Berlín y el silenciado levantamiento de la Cortina de Hierro, que ya no cumplían ninguna función. El utópico camino socialista para la construcción del no menos utópico comunismo (sociedad de los comunes),
Todas herramientas inútiles para los declamados fines, pero de extraordinario valor a la hora de crear falsas contradicciones que síntesis mediante permiten avanzar hacia el verdadero producto final, con el espontáneo esfuerzo y concurso esta vez, de los idiotas útiles y ciegos que no saben donde van ni para que. Incluso de los que se oponen, sin comprender que tienen delante, sumándose al movimiento
El título de una información secundaria, gatilló el tema:

Los jóvenes cubanos eligen el consumo y no la revolución

Pese a la escasez de productos, los adolescentes se las rebuscan para conseguir los perfiles que ven en las películas norteamericanas. Se depilan, maquillan y usan ropa de diseñadores top BAE 18/11/07

Se podrá alegar que es “mucho ruido para pocas nueces” Desarmemos el sofisma: consumo y revolución no constituyen una opción, consumo y ahorro o evolución y revolución lo serían. Tomates y perejiles se mezclan en las salsas, no en las ideologías.,
Las revoluciones como los gobiernos socialistas o populistas, no son enemigos del consumo, simplemente lo ignoran porque generan pobreza y miseria. Aclaremos otro punto: presuntamente revolucionario será el gobierno de Cuba, como dicen que eran los soviéticos y sus estados satélites de Europa del este. Del gobierno cubano al pueblo de Cuba o del soviet a los rusos hay la misma distancia que siempre existió entre los Zares y los menesterosos de las estepas. Entre la corte de Versalles y los famélicos parisinos.
Cuando un régimen político que se proclama revolucionario comienza a preocuparse por el consumo, las modas y el confort moderno de sus pueblos, es porque acepto el fracaso de sus métodos violentos, generadores de resistencia y pasa a la variante de la seducción del consumo y el hedonismo. Una sutil manera de descomprimir presiones, sin hacer concesiones.
Para analistas y comunicadores “entran en el mundo capitalista” Que no es una expresión del “triunfo del occidente liberal” sino la pinza derecha del cangrejo, un paso más adelante en la construcción de la perfecta sociedad de los idiotas, el esclavismo con patente liberal, mucho más exitoso que la violencia generadora de resistencias. ¡Que mejor que un esclavo contento de serlo y dispuesto a deslomarse trabajando, que el otro al que hay que mantener engrillado y a fuerza de azotes!
Si se exprime honestamente el planteo y pregunto ¿Cuántos son verdaderamente dueños de lo que creen que tienen. Más allá de que usen u ocupen tales bienes? Usted compró un fantástico último modelo 0 Km. y lo pagó en efectivo, Es mío piensa. Formalmente es cierto, en la práctica compró una hipoteca de por vida, hay que mantenerlo y renovarlo cada dos tres años, su cadena es más larga, puede salir, viajar y mostrarse es lógico le agregó un eslabón, fundamentalmente para que pueda y deba trabajar más. La ecuación es elemental: > dependencia = < libertad. El inexorable camino del consumismo, que no debe confundirse con el consumo elemental de aquello necesario.
¿Cuántos, después de años de trabajo, esfuerzo y progreso en su actividad, habiendo multiplicado bienes personales, reconocimiento y prestigio, disponen de un minuto más de tiempo para si mismos o los suyos?
Me consta que puede ser revulsivo y polémico, amigo lector, pero no le busque el pelo al huevo porque no lo tiene, a mi tampoco me gusta que sea así, y estar siempre en contra de todo, pero no puedo ser tan necio de no ver y aceptar la realidad, simplemente porque no me gusta o no le encuentro remedio. Concédame al menos que es un dorado corral en el que todos entran como caballos, sin reparar que no tiene salida. Hasta ahora es el dulce para entrar, después habrá que “organizar” a los que estén dentro, esto si, eso no, aquello tampoco, será una necesidad en la igualitaria sociedad de los comunes.
Para quienes siguen argumentando “peros descalificadores” lo expuesto pone en claro la diferencia entre causas y efectos y las denominadas “teorías conspirativas humanas”. Simplemente no le reconozco a un igual humano, tamaña capacidad que todo le salga redondo.
Esto es así como consecuencia de la praxis marxista, un paso lleva necesariamente al siguiente, sin necesidad de un soviet supremo que dirija todo, basta que el virus de la ideología intrínsecamente perversa infecte a la mayoría, a los más capaces o referentes, para que la “praxis” (el movimiento) se autogenere por el concurso de todos.
El sistema es perverso porque es antinatural y va contra todas las leyes que presiden la creación, se hará pedazos indefectiblemente tarde o temprano, tampoco me preocupa, es un final cantado; me desvelan los miles de ignorantes, humildes o ilustrados que quedarán atrapados en el engranaje; sin saberlo y sin quererlo; no excluyo a nadie, ni a mi mismo. Cuando se camina sobre filo de la navaja toda precaución es poca.

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