julio 30, 2007

Identificar el enemigo

Una prudente costumbre para no gastar pólvora en chimangos ni matar al hermano.
En este confuso panorama pareciera que identificar el objetivo no le quita el sueño a nadie. Forzar una segunda vuelta desvela a los popes; el que lo consiga sube al podio y por cuatro años es el referente obligado de la oposición, un trono más dorado y seguro que asumir el riesgo de los cascotazos de la avalancha y hacer el trabajo sucio que le van a dejar.
Descalificar a la sucesora candidata parece ser el deporte nacional; es entretenido y por demás ocioso, no precisa ayuda ni colaboración para incinerarse y hasta sospecho que dan letra para mantener entretenidos a todos.
Suponer que compran estadísticas dibujadas y se las creen, es el colmo de la estupidez humana. No despreciar ni subvalorar al adversario es un prudente principio que ahorra desagradables sorpresas.
No quisiera dentro de un año si es que llegan y llegamos, desempolvar y reeditar este artículo con sólo tres palabras para actualizarlo: “se los dije”. No soy ajeno ni soy de palo, el entreverlo no me ahorra un comino, ni podrá ser motivo de satisfacción.
Estaremos en plena tarea de afirmar las “instituciones” como se promete, institucionalizar la dictadura, la nueva historia, la religión del nuevo orden, con dogmas y misterios incluidos, no porque sea un proyecto político de excelencia sino para que “nunca nadie” pueda dar marcha atrás. Garantía de impunidad. Una verdadera Constituyente para un Nuevo País. Tierra arrasada por detrás, quien pueda venir solo tendrá un camino.
-A esta loca bipolar, no le da la cabeza.- Se dirá con razón.
Abundan los ejemplos de psicópatas con menos luces, que han hecho mucho más daño. Me ahorro el listado, siento sonar las campanitas con sus nombres dentro de su cabeza, amigo lector.
Si para enfrentar a enfermos mentales recurrimos a cadáveres y microcéfalos, todo es posible.
Estos vendedores de ilusiones y esperanzas son el enemigo, los constructores de frentes alianzas y consensos para nada, aunque parezca que decirlo es trabajar para el gobierno. Los otros se caen solos, maneados por su propia baba venenosa.
Me enseñaron que el rompe paga y aprendí dolorosamente que por no recordarlo, los canallas siempre vuelven montados en el carro triunfal del fracaso de los idiotas útiles. “Vuelven y son millones” Limpios, lavados y radiantes, son los “salvadores”.
¿Tiene dudas? Pregúntese simplemente como puede ser que teniendo controlados todos los medios; cámaras, micrófonos y gráfica se ocupa en exclusiva de los posibles candidatos, presionando a unos para serlo y dando a otros por muertos.
Se dan el lujo de elegir a dedo sucesor y al opositor que legalice ante el mundo la “limpia voluntad del pueblo”


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