julio 13, 2007

Denuncias

Es prudente distinguir, hay denuncias y hay operaciones de prensa. Una denuncia contra un funcionario tiene dos objetos: 1) poner en conocimiento de la opinión, un ilícito que viola la ley, la ética y la moral de la función pública, perjudicando el patrimonio de todos, porque el patrimonio no es únicamente en metálico, incluye la conducta y los valores ético-morales y 2) presentar el hecho ante la justicia, buscando la condena y reparación del hecho. En este punto vuelve la confusión, en nuestros códigos, la condena no repara, castiga al infractor, la reparación siempre es una deuda pendiente.
Lógicamente no se devuelve una vida con otra, es ajeno a nuestra cultura el “ojo por ojo y diente por diente” pese a que se ha infiltrado en el inconciente colectivo. Los bienes y valores deben ser devueltos y reparados íntegramente.
Planteadas las cosas en estos términos, no puede sorprender la encendida defensa hecha por el jefe de gabinete para exculpar a la secretaria de Medio Ambiente y la simultánea descalificación de la denuncia y sus autores. En este caso la secretaria de Estado, Piccolotti, es su inferior y simplemente reproduce en su conducta lo que hacen sus superiores, el jefe del ejecutivo, su mujer, hoy candidata y todos los funcionarios.
Las sociedades como el pescado siempre se pudren por la cabeza.
¿Alquiler innecesario de “jet privados” viajes injustificados, nepotismo, tercerización de servicios a sus propias empresas?
No hace falta el multimedio Clarín para esto, lo informan y proclaman todos con descarado cinismo. Se creen los patrones de la estancia, no hay nada de malo.
¿No ordenó personalmente la candidata Cristiana de Kichner desplazar un avión sanitario desde Santa Cruz a Corrientes, a todo lo largo del país, para llevar a Bs. As. un legislador que le faltaba para el quórum? Para citar la mínima y no cansar con lo que todos sabemos.
¿Cuál es la diferencia? La Piccolotti que es una abogada sin luces ni para “hacer tribunales” tiene facturas; la candidata, su marido y los ministros, usan y abusan de los bienes del Estado sin pedirlos ni pagarlos, simplemente disponen, ordenan, dictan; se llama dictadura.
Si aparte de dejar de robar, comienzan a devolver y reparar, “salimos del infierno” de un solo saque.
El diario Clarín, vocero y socio del gobierno destapó la olla, el periodista que efectuó la impecable investigación y fue públicamente denostado por el subjefe de los ladrones, no tiene la culpa, es público y notorio que los cajones de las redacciones están abarrotados de excelentes investigaciones y magníficos artículos, políticamente incorrectos para los intereses de las empresas de prensa. Este es el gato que no debe meterse en la bolsa de las “denuncias” se llama operaciones de prensa.
Debe tenerse muy presente, que una cosa es la intencionalidad de la revelación y otra es la veracidad del hecho.
Hoy es la primer reacción de cualquier imputado, “me están haciendo una operación, es una venganza, campaña sucia” cuando se cuestiona un hecho; el porque de su revelación es otro problema, que de ninguna manera invalida o desmiente el ilícito.
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