enero 23, 2012

A PUNTO DE CARAMELO


Están donde los quería ver lo que no es merito de nadie, quizás solo producto del verano, la tiroides los subsidios el hartazgo de anuncios y mentiras; un ajuste para el que estábamos blindados, que terminaron de saturar junto al calor agobiante la falta de electricidad y combustibles.
Se oponen a si mismos lógicamente con medida, intelectuales K e intelectuales K vergonzantes pero poco, Barras bravas propios y otros que van haciendo lo mismo por la otra vereda, banqueros y empresarios oficiales y oficiosos.
Peronistas, justicialistas, kirchneristas, cristinitas, trepadores, populistas, nacionalistas, socialistas y camporistas son simultáneamente gobierno y oposición, compitiendo por la misma presa: el tilingo argentino, patriotero progresista que siendo un fósil presume de moderno y tener la cabeza abierta a todas las novedades.
Prensa controlada y prensa que no dice nada, basta repasar que publican los grandes medios en sus ediciones gráficas y digitales.
¿Cómo se entiende tanta incoherencia?
Es sencillo: hay que cuidar los blasones, todos presumen de años de militancia en algún sector, no es cuestión de tirar antecedentes a la basura por las piruetas de un par de mamarrachos que no dan pie con bola, ni irritar al patrón de turno.
¡Prudencia! Hay una sola vida, no se puede perder el tren ni pasarse catorce pueblos.
Creo que hay ideas que circulan por una extraña dimensión y anidan casi simultáneamente en distintas cabezas; así es como acabo de desayunarme con uno de los brillantes artículos del prosecretario de redacción de La Nación Carlos Reymundo Roberts.
La idea parece ser la misma, cada uno le da forma o la remata en su propio estilo, Roberts con la agudeza de su humor, el que suscribe con la tozuda esperanza que el tiempo se haga presente y desaparecida esa vergonzante oposición que cada vez que tropezaron les dio la mano para que no caigan; ahora tendrán que recurrir a sus lazarillos ciegos.
Entendámonos, las alimañas no son plaga, pobres animalitos de Dios, tienen una función asignada hacer el trabajo sucio y limpiar la tierra de deshechos y cadáveres. Son desagradables pero muy necesarios. El secreto para poder convivir está en que cada uno se mantenga en su propio lugar. Si ve una alimaña secretario, ministro, magistrado o legislador, meta bala sin asco compañero, esta fuera de lugar.
Para quien no lo haya leído, vale la pena conocerlo:
De no creer
Se hunde (sin capitanes) el barco de la oposición
Por Carlos M. Reymundo Roberts LA NACION
"¡Vuelva al barco, carajo!" No, no es la famosa orden al capitán del crucero hundido en el Mediterráneo. Es el clamor de esas gentes raras que en octubre no votaron a Cristina. Les están gritando a sus candidatos: "¡Vuelvan al barco de la oposición, no lo dejen hundir! ¡Estamos a la deriva!"
Pobres. Me da cosa. Fueron muchos los que se embarcaron llenos de ilusión, pensando que iban a vivir la gran aventura de derrotarnos. Se llenaban los oídos con mensajes de que todo lo malo se terminaba y todo lo bueno estaba por venir. Pero cuando se toparon con la gran roca, Cristina, vieron cómo los capitanes se tiraban de cabeza a los botes salvavidas y los dejaban a ellos allí, solos, angustiados, sumergiéndose.
¿Dónde están los comandantes mientras el crucero se pierde en las profundidades? No se sabe. ¿Dónde está Duhalde? Propongo una búsqueda del tesoro, porque en algún lado tiene que estar. lanacion.com ha informado que se dedica a "pensar el futuro del país" y escribir libros. Se ve que está pensando y escribiendo muchísimo, acaso en un desierto o en una playa remota. Yo muero por leer esas páginas. Las imagino llenas de vivencias, de planes de gobierno, de sabiduría política. Y si es un libro autobiográfico, qué lindo será repasar la historia de un hombre que no era nadie, que llegó a ser intendente, gobernador y presidente, y que, bueno, después volvió adonde había empezado.
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