diciembre 12, 2011

EL PODER DEL IDIOMA


No necesita explicación el título pero si reflexionar sobre las consecuencias de prostituirlo.
El vergonzoso acto que parodió una asunción del mando fue una brillante exposición en la materia.
Palabras vaciadas de contenido y rellenadas de sensaciones.
Afirmó urbi et orbi que hay derecho de huelga pero no de extorsión, porque extorsión no es lo que significa la palabra, es algo bueno o malo a criterio de la juez suprema según lo practique un gremio opositor , un justo reclamo, el titular de un diario o las acciones y resoluciones del secretario de comercio, la ministro de Seguridad, el de Interior, Justicia o Transporte siguiendo las ordenes que se ladran desde el atril o la cadena oficial.
En medio de apelaciones a la democracia y los derechos humanos se proclama públicamente la divinidad de los Césares, poniendo al Divino Augusto en paridad con Dios y la Patria a la hora de demandar el cumplimiento de juramentos.
Vale la pena recordarlo para que se entienda que se terminó el tiempo de tontos, ingenuos y distraídos.
Cuando se violan y alteran las formas, los actos son insanablemente nulos. Sea un contrato, un matrimonio o la asunción de un cargo.
Ya que estamos haciendo el gasto digámoslo con todas las letras: Argentina carece de autoridades legítimas, todos los que están son usurpadores. No existe una presidente, mucho menos presidenta solo “la Fernández de Kirchner o la usurpadora” como se la denominará en lo sucesivo, no por ánimo ofensivo, sino simplemente porque a las cosas se las llama por su nombre; cada uno es lo que es, no lo que quiere parecer.

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