De antiguo representan el teatro, una ficción de la historia y de la vida; modernamente representan la política y sus ficciones de izquierdas y derechas.
Una sonriente: Talía, el demagógico estado de bienestar y el prohibido prohibir, no se prive pida crédito y consuma; la otra Melpómene el orden el esfuerzo y el sacrificio. Trabaje ahorre y no dilapide.
La necesidad de sobrevivir de un régimen tramposo les pregunta periódicamente a los ciudadanos con cual prefieren vivir, haciéndoles creer que ellos eligen
Hay dos máscaras y un solo personaje en escena, un ordinario improvisado que sin dotes naturales sobreactúa los papeles
Pone el acento en la presunta felicidad de la máscara sonriente, y el ceño adusto y amenazante de los del orden y el sacrificio.
En verdad solo hay felicidad para los amigos de Talia y sacrificio para los ajenos a Melpómene, es así como periódicamente cada máscara arroja a sus electores en brazos de la otra para que el sistema llamado democracia funcione; con superlativo descaro le llaman bipartidismo o alternancia a la dictadura del artista.
No se amigo lector si le resultara tan clara la imagen como a mi me ocurrió, de no ser así haga un pequeño esfuerzo y calza solo, no es zapato nuevo pero hace tiempo que no se lo camina, está nuevo, solo sobarlos un poco y vera que bien se marcha con ellos; hasta parece que tuviesen luces y ojos para ver el camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario