La escena que plasmó en un gran lienzo Jacques Louis David se desarrolla el 2 de diciembre de 1804, en la catedral de Notre Dame de París, y representa la auto coronación de Napoleón.
A partir de allí declina la estrella del soberbio corso para apagarse cerca de la ciudad de Waterloo (Bélgica), el 18 de junio de 1815. No sin antes que los imbatibles ejércitos imperiales fueran destruidos en España. Fue una prolongada agonía que hizo mucho daño a Europa y América
Pasaron más de dos siglos y hoy otra enana moral con idénticas ínfulas: coronar y promover a cuanto pariente y mercenario tiene al lado prepara la misma ceremonia: tomarse juramento a si misma y auto imponerse los atributos del mando.
Hasta hoy es versión, no hay programa oficial pero por aquello que cuando el río suena….
Esperemos que la agonía no sea tan prolongada y un rayo de Zeus fulmine en pleno juramento a la perjura; hay una nación y la sangre de miles de inocentes que claman justicia al cielo, lo cual lejos de ser una frase hecha es la realidad cotidiana, impuesta por los delincuentes inmunizados con todos los derechos y garantías, bien adobados por las drogas que circulan libremente en todo el territorio, con patente oficial.
No se trata de desear un mal, por el contrario que no se siga hundiendo en su propia inmundicia, es un buen y positivo deseo.
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