FELIZ NOCHE VIEJA Y AÑO NUEVO

Personalmente por primera vez no siento que haya algo viejo que se va o algo nuevo que viene, es más lo olfateo en el ambiente, pero como más vale pájaro en mano que cien volando, me anoto en el festejo. Porque estamos vivos y de pie, firmes en el mismo sitio y sin haber reculado ni un tranco de pulga. Al menos es una gran razón para el festejo.

Recordando un artículo reciente, CHIN CHIN Y SALUD sin olvidar que este espumante y rubio caldo de Francia nació de vides generosamente abonadas con la sangre de valientes en Châlons en Champagne durante la Batalla de las Naciones.
Primero alcemos las copas al cielo para honrarlos a todos Flavio Aecio, Teodorico y Atila. Terminaron cada uno a su manera con una anciana antigüedad degradada y nos regalaron después de una corta noche, una modernidad juvenilmente perversa para que tuviésemos con que despuntar el vicio en preparación a los nuevos Campos Cataláunicos que se perfilan en el horizonte, para definir aquella gran batalla inconclusa, en la que no hubo un vencedor sobreviviente: el visigodo murió en el combate; el Romano y el Huno asesinados por los suyos dos años después. La historia es tan dura como implacable, el poder no se prorroga.

A no quejarse, después del otoño siempre vienen los hielos del invierno y a la primavera sucede un sol de justicia que calcina todo lo que no esta congelado.

¡¡¡Salud y pesetas para todos!!!

Fiat volúntas tua,
sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum cotidiánum
da nobis hódie,
et dimitte nobis débita nostra,
sicut et nos dimittímus
debitóribus nostris;
et ne nos indúcas in tentationem,
sed libera nos a malo.
Asi sea.