diciembre 16, 2010

DE LA MANO DE LA NIÑA




No es una criaturita inocente ni una perdida; simplemente es la Corriente de La Niña, que como lo hace periódicamente desde hace siglos llega; no son su culpa los desastres que hayan hecho pueblos y gobernantes en la tierra que pueden convertir su presencia en catástrofe.
Su razón de ser es la búsqueda permanente de equilibrio de la naturaleza, más allá de absurdas elucubraciones de ecologistas, Su existencia precede a calentamientos, plásticos, gases de efecto invernadero, humo de combustibles fósiles y de cigarrillos.
A veces pasa desapercibida, otras es capaz de producir desastres que se recuerdan por siglos: hambrunas, migraciones y colapso de naciones.
Llegó y no se la puede ocultar; .meteorólogos e ingenieros agrónomos especialistas en suelos que si bien no tienen la varita mágica, son la palabra autorizada para opinar sobre el efecto de sequías, lluvias e inundaciones en una tierra fértil que reemplazó pasturas naturales por monocultivos y taló bosques para sembrar yuyos.
El Niño y la Niña cada vez que llegan lo hacen con su propio e impredecible genio, lo único seguro es que se hará sentir.
No es cuestión de ser verde, azul o bordeaux, es solo cuestión de tener dos dedos de frente. Los cromagnon no se extinguieron por carecer de respeto a los ecosistemas sino porque le crecían los pelos desde las cejas.
Quizás pueda individualmente hacerse alguna prevención. Por su acción se puede lavar la tierra o pueden volarse los suelos y los incendios calcinar lo que quede. No será la primera ni la última pradera o pampa húmeda que se transforme en desierto, hágale caso a este idiota que opina sobre todo; hay gente muy capaz en materia de suelos que pueden salvarle el huerto o al menos evitar que desaparezca.
Se terminaron los tiempos de subsidios, moratorias y emergencias, Papá estado ya no existe, hay que afirmarse de los únicos cabos disponibles que estén probados y cerrar las canillas de gastos superfluos.
En tanto dejemos a los que ya están gastando y proyectando reelecciones a cuenta de próximas cosechas.
Al macaco Chávez se le desmoronan los cerros que afeitaron de vegetación, mientras los australianos rodeados por el mar flotan en un mar interno.
La suprema justicia a veces viene como fuego, como agua, sequía, plagas o pestes. Puede creerlo o dejarlo correr; prometo no decirle: se lo avise; cuando lo encuentre pidiendo monedas en alguna iglesia.

Poderes especiales contra la Niña .

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